Su testimonio y video puede ser clave en la investigación contra los policías que llegaron esa mañana cuando el dirigente popular organizaba la Resistencia en su barrio, la Colonia La Quesada en Tegucigalpa.
Sin medir una palabra bajaron dos policías y en una distancia de 30 metros dispararon con sus fusiles FAL, fabricación belga, a quemarropa a Jairo Sánchez.
El dirigente sindical luchaba 24 días y noches por su vida. A las 11.30 el sábado el 17 de octubre murió en Tegucigalpa, otra víctima del golpe de estado militar.
Cruz Roja no contestaba el teléfono
Contó el señor Yánez que no pudieron, a raíz del toque de queda, conseguir un carro para llevarlo al hospital. Llamaron a la Cruz Roja pero era imposible de comunicarse con ellos, simplemente no contestaban los teléfonos pese a que Honduras vivía momentos dramáticos en todas las colonias en Tegucigalpa, en donde los uniformados disparaban y tumbaban puertas en las casas de las familias humildes. Jairo Sánchez sangraba, acostado en el suelo, durante más de una hora antes de que el Sr. Yánez y otros vecinos lograran conseguir un transporte al hospital.
En ese momento Honduras vivía 38 horas de toque de queda, impuesto por el jefe del régimen de facto, Roberto Micheletti y ejecutado por las FF.AA. y la Policía Nacional bajo el mando del general Romeo Vázquez.
La Cruz Roja Hondureña, que hasta hace unos años estaba bajo el mando de las FF.AA. quedará otra vez bajo la lupa, acusada por ser cómplice de los crímenes o de omisión en caso como este.
En la aldea de Alauca, municipio de Paraíso, la Cruz Roja Hondureña fue acusada por haber entregado bombas lacrimógenas al ejercito y los comandos Cobras que el día 24 y 25 de julio tenían retenes en la carretera que se dirige al puesto fronterizo con Nicaragua, Las Manos, cuando representantes de la Cruz Roja, según testimonios, entregaron estas bombas a los uniformados que reprimieron fuertemente a los manifestantes que querían dirigirse a la frontera para recibir el presidente Manuel Zelaya.
En el mismo lugar fue detenido Pedro Magdiel, 23 años, albañil, torturado durante toda la noche entre 24-25 de julio y encontrado cien metros de la valla de los militares a las 7 de la mañana el 25 de julio, bestialmente asesinado.
Acusados policías de la Colonia San Francisco
Según testigos del asesinato de Jairo Sánchez, los culpables son de la posta policial de la Colonia de San Francisco, antecedentes que el fiscal encargado del caso inmediatamente debería investigar. El Ministerio Público debe a la población hondureña y la comunidad internacional un informe hasta donde ha llegado su investigación hasta este momento para que este caso, como todos los muertos del golpe de estado, no quedará impune.
El momento es preciso ahora cuando una misión de la ONU ha llegado a Honduras en donde evaluará violaciones a los Derechos Humanos. Según un comunicado en RDS, “la delegación permanecerá en el país hasta el 7 de noviembre próximo, con el fin de preparar un informe que registre la situación tras el golpe de Estado del pasado 28 de junio. Los enviados de la Organización de Naciones Unidas (ONU), cuyas identidades permanecerán anónimas por razones de seguridad, viajaron a honduras bajo la orden de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos, Navi Paillay, en cumplimiento de una resolución aprobada el
pasado 1 de octubre por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU”.
Velorio y entierro de Jairo Sánchez
Este domingo fue velado Jairo Sánchez en la sede de SITRAINFOP y numerosos amigos y compañeros relataron anéctodas y recuerdos sobre esta querida persona y dieron sus pésames y condolencias a la esposa, sus hijos y los familiares de Jairo Sánchez.
Mañana lunes el 19 de octubre, a las 8 de la mañana se va a concentrar la Resistencia en este lugar para a las 9.00 a.m. acompañar a Jairo Sánchez a su último descanso en el cementerio Santa Cruz Memorial, en la salida Norte de Tegucigalpa donde ya descansan varios mártires de la Resistencia contra el golpe de estado que han caído en la lucha por una Nueva Honduras.