Juan Bautista Canales concluyó su misión de vida “con las botas puestas” ya que durante la protesta ceibeña contra el golpe de estado, efectuada en la Avenida San Isidro, el propio 28 de Junio, pidió la palabra y pronunció su ultimo discurso condenando la traición golpista, considerando inadmisible semejante ofensa a la Patria, llamando al pueblo a cerrar filas para defender la Constitución de la República. En otras palabras libró su última batalla con su pueblo en la calle.
Murió precisamente unas horas antes del regreso al seno de la Patria del Presidente José Manuel Zelaya Rosales.
Dios redima su alma y descanse en paz el amigo, el dirigente ilustre, el compañero de exilio, el maestro, el hombre ejemplo y que su gesta y la de otros caídos siga inspirando nuestra lucha cotidiana.
En homenaje póstumo, trasncribimos el artículo que en honor a tan ejemplar trayectoria, ha publicado Joaquin Baldemar Alvarado, un talentoso escritor y combatiente del Frente Nacional de Resistencia en el litoral atlántico.
Criterio/Joaquín Baldemar Alvarado
El 20 de Septiembre de 2009, a las 1130 p.m dejó de existir Juan Bautista Canales, uno de los hombres que dejó un huella profunda en las luchas sindicales de nuestro país,
originario de San Pedro Sula, fue Puerto Cortés el escenario inmediato de sus luchas, espació que moldeó su temperamento y carácter de hombre justo, valiente e indoblegable.
Este ilustre hondureño, vale decir ,los ilustres no son únicamente los de linaje burgués, la clase obrera mundial y Hondureña en particular los ha dado y grandes, como lo fué
Juan Bautista Canales, uno de los arquitectos de la Gran Huelga de 1954, quien junto a Francisco Ríos, Cesar Agusto Coto, Julio C. Rivera, Rafael Alberti, Teresina Rossi, Juan Cardona ,Manuel Rodríguez Reyes, Lidio Pineda y Luis B Yánez , solo para mencionar unos pocos, templaron el acero muscular de los obreros bananeros y acentuaron las brillantes de su talento, alzándose como modernos Espartacos contra la United Fruit Company, todopoderosa transnacional bananera que desde los años veinte dictaba, ponía y quitaba presidentes, caricaturescos personajes que obedecían a ciegas al amo imperial. Asi eran aquellos presidentes, cipayos y traidores.
Fue Juan Canales uno de los arquitectos de aquella grandiosa epopeya proletaria, Juan Canales con su grito de Huelga, Huelga, hizo explosionar la masa trabajadora, cruelmente explotada, vejada, humillada y engrillada en aquella Prisión Verde como la bautizó Amaya Amador. Los hijos mayores de aquél parto, fueron el Derecho a la libre sindicalización, el Código del Trabajo, la Ley de Reforma Agraria, la Ley de Seguridad Social y otras más. Podemos afirmar que lo que han obtenido en beneficios la clase obrera y los empleados de hoy se debe a ese hermoso legado que hombres como Juan Canales dejaron a los trabajadores de Honduras, héroes anónimos que escribieron con sangre dolor y lagrimas una de las paginas más brillantes de la historia nacional.
La rebelión de los trabajadores bananeros con al Huelga de Mayo de 1954, registra otro hecho importante, el desmantelamiento de la estructura represiva y criminal del gobierno entreguista de la época, representada por los famosos”comandantes de plaza” que no eran mas que vulgares esbirros a sueldo que operaban bajo las ordenes de las bananeras, la huelga arrasó con aquellas lacras represivas y criminales.
Juan Canales y Francisco Ríos sostenían que la huelga fue el paso más importante que dio la clase obrera hondureña. Como enseñanza mostró su capacidad de organización, de operatividad, de autosostenibilidad, de negociación y la adquisición de la valiosa experiencia de haber reconocido a su aliado natural: el campesinado.
La clase obrera hondureña, en aquel momento, con su núcleo dirigente demostró al pueblo y al mundo entero, su capacidad, su talento e inteligencia, puesto que la gestación de la huelga no fue de naturaleza espontánea, sino todo un proceso de análisis,
de discusión, de organización, de acumulación de fuerzas, de repliegue y avanzada, factores que, combinados con el irrespeto, el atropello, la humillación hacia los trabajadores, crearon las condiciones ideales para irse a la huelga general.
También el factor hombre –dirigente, fue determinante, Juan Canales fue uno de ellos; indoblegable, jamás los emisarios de la bananera y los representantes del gobierno que eran la misma cosa, nunca lograron torcerle el brazo, sobornarlo o comprarlo, era indivisible, e inquebrantable en su moral y sus principios, con hombres como él se podía alcanzar lo imposible, porque lo posible para Juan Canales era cotidiano.
Lo vimos la ultima vez durante la protesta ceibeña contra el golpe de estado, en la Avenida San Isidro el 28 de Junio, pidió la palabra y pronunció su ultimo discurso condenando la traición golpista, considerando inadmisible semejante ofensa a la Patria,
llamando al pueblo a cerrar filas para defender la Constitución de la Republica. En otras palabras libró su última batalla con el pueblo en la calle. Murió precisamente unas horas antes del regresó al seno de la Patria del Presidente Manuel Zelaya Rosales.
Descanse en paz el amigo, el dirigente ilustre, el compañero de exilio, el maestro, el hombre ejemplo.