Huelga en la única maquila de Siguatepeque

Unos setecientos trabajadores de la fábrica ALAMODE en la ciudad de Siguatepeque paralizaron sus labores durante casi una semana para exigir el respeto a su organización sindical y cese a las actitudes represivas de parte de los patronos y la policía.

ALAMODE es la única fábrica maquiladora ubicada en Siguatepeque, a unos cien kilómetros sobre la carretera de San Pedro Sula a Tegucigalpa, es de capital coreano y se dedica a confección de pantalones, short y otras prendas de vestir de varias marcas.

La primera directiva del sindicato, organizado hace 10 meses, fue despedida casi totalmente a pesar de que está en trámite la personería jurídica, lo cual hace que los afiliados estén protegidos por el Estado y los directivos además por el fuero sindical.

Una nueva directiva fue organizada el 15 de febrero con obreras que tienen varios años de laborar, pero el 22 la empresa despidió a la tesorera Mayra Martínez, la vicepresidenta Suyapa Banegas y el presidente Alexander Medina, el único que no fue despedido de la primera directiva.

CUATRO DIAS DE HUELGA
La empresa fue tomada por los trabajadores el jueves primero de marzo a las seis de la mañana, luego de varias acciones buscando solución al problema.

Los huelguistas llenaron bolsas de agua sucia y con ellas evitaron que entraran los pocos opositores al paro. Un guardia intentó abrir un candado que colocaron en el portón que da acceso a la casa de los coreanos, ubicada dentro del mismo terreno de la fábrica, y una trabajadora lo detuvo lanzándole una bolsa de agua. Ante la acción el guardia apuntó su escopeta a la trabajadora, pero se contuvo cuando se dio cuenta que todo estaba siendo filmado.

Las autoridades locales, las cuales en ningún momento han atendido las quejas de los trabajadores, se presentaron horas después para actuar en contra del movimiento. Se presentó la fiscal del Ministerio Público Alma Cruz, el Secretario del Juzgado de Paz de Siguatepeque Salomón Vásquez, una mujer que se identificó como representante de la Dirección General de Investigación Criminal DGIC y la Policía Nacional al mando del inspector Oscar Amaya.

La policía estuvo a punto de provocar una desgracia al actuar violentamente contra los huelguistas, según lo denunciaron públicamente los dirigentes. La intención era desalojarlos y capturar al presidente. La trabajadora Suyapa Chávez fue esposada y lanzada a la patrulla, llevada luego a la caseta de vigilancia de la empresa y posteriormente liberada. La toma se mantuvo.

El viernes 2 de marzo en la tarde llegaron unos 30 policías a desalojar. El lugar se abandonó hasta las 7 de la noche.

El sábado 10 fue capturado Alexander frente a la fábrica, pero fue liberado el mismo día. Intervino el representante del Comité para la Defensa de los Derechos Humanos CODEH en Siguatepeque, Walter Ulloa y la empresa pagó una fianza de mil lempiras.

El lunes 5 de marzo se volvió a tomar la fábrica. Preparados para resistir por mayor tiempo se instaló un toldo que prestó el alcalde Aquiles Pereira, lo cual le valió un reclamó de parte de los empresarios.

El martes 6 se realizaron negociaciones en Tegucigalpa con la mediación de autoridades del ministerio de Trabajo y la presencia de dirigentes de la Federación Independiente de Trabajadores de Honduras FITH. Ese día a las 11 de la noche se suspendió la toma, luego de acuerdos preliminares y el compromiso de continuar las pláticas el 9 de marzo en Siguatepeque.

Se acordó pagar las prestaciones a los directivos despedidos y los derechos adquiridos a quienes habían renunciado. Asimismo, que cada 15 días se realizará una reunión entre la empresa y el sindicato para tratar los problemas existentes y cada mes se hará una reunión con el Gerente. Inicialmente la empresa aceptó el pago completó de los cuatro días de huelga, pero en pláticas posteriores se retractó y sólo aceptó el pago de la mitad.

LOS RECLAMOS DE LAS OBRERAS

En un comunicado hecho público en Siguatepeque, el sindicato de ALAMODE señala que han sido constantes los despidos injustificados de parte de la empresa sin reconocer el pago de prestaciones laborales. Los mandos intermedios logran que algunos renuncien y no les pagan ni los derechos adquiridos.

Existen pésimas condiciones de higiene y seguridad: los sanitarios sucios y sin papel, el agua para beber es de mala calidad y da dolor cuando se toma. Se soporta calor excesivo, faltan medicamentos para primeros auxilios, no se otorgan correctamente los incentivos por producción y aún no les han completado el aumento de salario acordado con el gobierno desde el año pasado.

De igual manera se niega el otorgamiento de vacaciones, pago de maternidad y permisos para los trabajadores. Además se reciben insultos y humillaciones de parte de los jefes.

No están afiliadas al Seguro Social y el doctor particular que las atiende sólo está de 7:15 a las 8:00 de la mañana, sólo da recetas y no acepta constancias de otra clínica o médico para justificar un permiso o inasistencia. El año pasado la empresa no pagó el bono escolar, este año tampoco lo ha pagado.

DESPIDOS, AMENAZAS Y SOBORNOS CONTRA EL SINDICATO

Los empresarios de ALAMODE han combinado los despidos, el uso de la fuerza y el soborno contra el sindicato.

Antes de la huelga a Mayra Martínez le entregaban un cheque por 12 mil lempiras y le pedían que nadie se diera cuenta, no la dejaron ni que regresara a traer la cartera a su máquina. Ella no aceptó el soborno.

Suyapa Banegas reclamó porque no le pagaban 26 horas extras, el supervisor la llevó a personal. El jefe de personal cerró las ventanas y le hizo la propuesta de darle 10 mil lempiras con opción de quedar trabajando como nueva. No lo aceptó porque no quiso renunciar al sindicato.

Por lo menos dos semanas estuvieron policías nacionales y una patrulla montando guardia dentro de la empresa desde que los obreros realizaron un paro de labores de un día. En esa ocasión el gerente de la empresa que se hace llamar José Kon, sacó una pistola y cortó la bandera con un machete, como a las tres de la mañana. Es costumbre de los coreanos omitir sus nombres reales y adoptar nombres latinos. En realidad el Gerente se llama Hyuk Joo Kweon.

Desde entonces Wilmer Velásquez, el jefe de los guardias, afirmaba que tenía orden de disparar si se hacía otro paro de labores. Los guardias que había fueron despedidos y consiguió guardias de otro lugar para que no tuvieran amigos en la fábrica y se les dotó de dos fusiles AK 47 y pistolas 38, informaron a Vida en La Maquila dirigentes del sindicato.

Los trabajadores suponen que la policía apoya a la empresa en agradecimiento por una computadora que les regaló el señor Kweon. (V.M. Bartolo Fuentes)

Dejar una respuesta