Centenares de de personas provenientes de diferentes lugares del país se reunieron en el parque Las Mercedes de donde partió la marcha. Durante el recorrido los manifestantes vitorearon la figura del padre Carney y de otros mártires hondureños.
Luego de la marcha los manifestantes se concentraron en el Instituto Técnico Loyola, donde el obispo de la Diócesis de Yoro, monseñor Juan Luis Giasson y varios sacerdotes jesuitas oficiaron la misa conmemorativa.
Al filio de las doce del mediodía, luego de terminada la misa, se desarrolló un concierto popular que se prolongó hasta las tres de la tarde.
El inclemente sol no fue obstáculo para que los presentes se apostaran frente al escenario por el cual desfilaron artistas de la talla de Mario de Mezapa, Grupo Esperanza, Exceso de Equipaje y la participación estelar de la mexicana Inés Ochoa, quien fue ovacionada por el público presente.
El padre Guadalupe Carney fue reportado como desaparecido el 16 de septiembre de 1983. De este hecho se responsabiliza a tropas norteamericanas y hondureñas destacadas en la zona de El Aguacate, departamento de Olancho. Los asesinos desaparecieron los restos del sacerdote y hasta la fecha se desconoce el lugar donde se encuentran, mientras la embajada de Estados Unidos y el departamento de Estado niegan la información.
Su nombre original, James Francis Carney, nació en Chicago, Estados Unidos el año 1924 y luego de participar activamente en la Segunda Guerra Mundial como miembro del ejército de su país, en 1948 ingresó a la Compañía de Jesús.
Siendo seminarista conoció la misión de los jesuitas en Honduras y tras su ordenación en 1961, fue asignado al trabajo en las parroquias de Minas de Oro, Sulaco y posteriormente en El Progreso Yoro.
Se trasladó a la zona del Aguan y forma parte del Trabajo de los campesinos en los programas de colonización y cooperativismo realizado en Tocoa Colón. Su vinculación al campesinado lo llevó a renunciar a su nacionalidad norteamericana y adoptar la hondureña. También se cambió el nombre de James Francis, por Guadalupe. “Solo díganme Lupe”, expresaba a sus hermanos campesinos.
En noviembre de 1979 miembros del ejército hondureño, por mandato gubernamental capturaron al padre Guadalupe y lo expulsaron del país. Sin embargo, regresó a Nicaragua a realizar trabajo su pastoral donde escribió sus memorias y se vinculó al grupo de hondureños que liderados por el doctor José María Reyes Mata organizaron una columna guerrillera que ingresaría a Honduras para iniciar la lucha.
El padre Guadalupe soñaba con un país libre donde los campesinos tuvieran las mismas oportunidades con que cuenta el resto de la sociedad. La columna guerrillera donde participaban noventa personas, fue acompaña por el Padre Guadalupe en calidad de capellán. La mayoría fueron capturados, torturados y asesinados.
Gerey