HENRY NAPOLEÓN GARCÍA: mártir de la lucha por la SOBERANÍA NACIONAL

Henry no fue un dirigente u n i versita rio, pero tampoco no fue apático a la lucha estudiantil, ya que era uno de los primeros que estaba en las filas para ir a las calles para defender los derechos de los distintos sectores sociales. Sus amigos lo recuerdan como un joven beligerante, perseverante y luchador.

Nacio en Aramecina en 1965. Su padre Napoleon Garcia originario de Aramecina, Valle, su madre Isabel Marcía, de Marcovia, Choluteca, maestra de educación primaria y enfermera auxiliar.
En Aramecina cursó la educación primaria, en la Escuela Dionisio Herrera. Cuando aún era niño estuvo a punto de darle la Polio, enfermedad que lo lesionó de una pierna, por lo que sus padres no le dejaban jugar fútbol y hacer otras actividades de mucho esfuerzo físico.
Creció en un hogar riguroso junto a sus tres hermanas: Aleida, Rosario y Osiris. Era un niño hiperactivo, conocido por todo los pobladores del pueblo. Los padres de sus amigos lo querían mucho, miraban en él carisma de emprendedor, incansable y travieso. En una ocasión Henrry entró por la puerta trasera a la casa de una vecina quien estaba cociendo frijoles, y le puso a la cacerola unas semillas de marañen, las que explotaron provocando que se arruinaran los frijoles, cuenta doña Elsa Díaz, madre de Juan Carlos, amigo de infancia de Henry.

Desde muy joven fue de una persona de mucha actividad, pero poco expresivo. Siempre andaba buscando como participar en grupos juveniles, grupos de danza y ferias científicas escolares.
Su interés por la lucha gremial despertó cuando cursaba la educación segundaria en el Instituto Técnico Luís Bográn de Tegucigalpa. Posteriormente entró a estudiar Educación Técnica Industrial en la Escuela Superior del Profesorado. Siempre se mantuvo en los primeros lugares de la excelencia académica.
Henry murió en la lucha, hace 20 años, el 07 de abril de 1988 cuando los guardias de seguridad del Consulado Norteamericano dispararon contra la manifestación que se
desarrollaba enfrente de la Sede Diplomática, repudiando la violación a la Constitución de la República.

Henry descansa en la tierra que lo vio nacer, Aramecina. Su entierro fue muy concurrido por la comunidad estudiantil universitaria. Sus ideales fueron la reivindicación de los derechos sociales por medio de la lucha estudiantil, la que según él era la que tenía que emprender y lidrar las luchas sociales

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