La corrupción, un monstruo que se devora a Honduras

Cuellar, coordina el área de reforma al sector judicial y anticorrupción de la Federación de Organizaciones para el Desarrollo de Honduras, (FOPRIDEH), organismo este, que patrocinó la investigación y cuyo documento expuso a diversos sectores sociales y lo entregó al coordinador del Consejo Nacional Anticorrupción, Juan Ferrera, en un lujoso hotel de Tegucigalpa.

En el informe se evidencia la vulnerabilidad del sistema de justicia y la institucionalidad estatal en general, debido básicamente a la politización y el dominio de grupos fácticos que controlan los partidos políticos tradicionales.

Plantea que el sector público como el privado son a la vez tentadores y tentados y que no parece haber voluntad ni decisión política de eliminar la corrupción que es causa a su vez, del subdesarrollo e infradesarrollo de la población hondureña. La ausencia de identidad nacional ayuda a sustentar la corrupción.

El documento divulgado el 28 de febrero detalla los casos del Instituto de Previsión de la UNAH , INPREUNAH; Comisión Nacional de Telecomunicaciones, CONATEL; Ciudad Mateo, Banco Corporativo, Banco Capital, BANCRESER, COMUNITAS, Brazos de Honduras, el Petrolazo, denuncias de irregularidad en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, INTERAIRPORTS, Sextos Juegos Centroamericanos, Proyecto gol e Instituto de Previsión Militar, entre otros.

Los casos citados se dieron en los gobiernos nacionalistas de Rafael Leonardo Callejas y Ricardo Maduro y en los gobiernos liberales de Carlos Roberto Reina, Carlos Flores Facussé y el actual de Manuel Zelaya. Liberales y Nacionalistas, ambos conservadores, han sustentando la corrupción y no han mostrado decisión para evitar que siga campeando y facilitando la impunidad, aunque si ha sido tema en sus discursos.

Han favorecido la impunidad dejar que el tiempo pase y vencer los plazos. La mayoría de los casos planteados han sido asignados a las magistradas Mildra Castillo y Normandina Ortiz; en ninguno de ellos hay sentencias condenatorias y el tiempo promedio de duración de los procesos penales descritos, es de seis años.

Los empleados del poder judicial así como del Ministerio Público, e incluso fiscales que luchan por una mejor administración de la justicia son excluidos o lo que es igual decir, exiliados del sistema en que trabajan.

Jorge Illescas, quien expuso durante la presentación del documento sobre antecedentes y alcances de la corrupción en Honduras, dijo que el amplio informe tiene luz para ver causas y efectos de la corrupción en nuestro país y buscar salidas, empero se requiere voluntad y decisión; mayor participación ciudadana, la cual podría instaurar una especie de tribunal ético donde se condene moralmente a los y las corruptas, que la sociedad privilegia con su saludo, toque de espalda y aplauso, en lugar de despreciarle y hacerle el vacío.

Illescas manifestó que debe sostenerse el dedo sobre la llaga, “Vale la pena refrescar la memoria histórica, no generalizar la corrupción, pero si identificar a los corruptos”. Agregó que los corruptos tradicionales son privilegiados, son figuras nacionales, son condecorados, aparecen en las páginas de los periódicos y hacen y deshacen con nuestras instituciones.

“Conocí el caso de una empresa que ganó cuatro mil millones de lempiras y a la que exoneraron con un alto porcentaje de sus impuestos por lo cual sólo pago 285 mil lempiras… Eso es una barbaridad”, comentó el ex director de la Dirección Ejecutiva de Ingresos.

Asimismo reveló que en las instituciones contraloras se quemaron en algún momento 380 mil expedientes que contenían información de personas con ingresos desde cinco mil hasta cinco millones de lempiras. Indicó que en el Banco Nacional de Desarrollo Agrícola hubo una condonación de 2 mil doscientos millones de lempiras, la defraudación fiscal va más allá de los once mil millones de lempiras y llamó la atención sobre que la salida de divisas el año pasado fue de dos mil millones de dólares.

Refiriéndose a los migrantes hondureños dijo que “La gente en el exilio, que es la gente expulsada, la más pobre, paradójicamente sustenta la economía nacional. ¡Eso sí es una ironía! y la gente que es condecorada sólo en el año 2004 desfalcó al país con 16 mil millones de lempiras”, expresó.

Lamentó Illescas que no haya una visión esperanzadora frente al flagelo de la corrupción y que mucho dependerá esta visión, de la actitud de la población hondureña.

Por su parte el Coordinador del Consejo Nacional Anti corrupción, Juan Ferrera, al recibir el documento dijo que esta lucha depende de una alianza total combatiendo la corrupción; puesto que si la sociedad la abandona, la lucha se llama al fracaso.

Aunque la investigación es bastante completa, las acciones recomendadas en el informe resultan ser bastantes tibias.

Entre las propuestas concretas para avanzar en la lucha contra la corrupción están las auditorias sociales, la rendición de cuentas, el cambio de mecanismo de elección para los y las magistrados de la Corte Suprema de Justicia, el monitoreo sistemático sobre el tema de corrupción y alentar la voluntad y decisión política del gobierno en turno para dejar de fortalecer la impunidad. COMUN

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