Muertes y amenazas atentan contra el periodismo en Copán

Las luces de alarma se han encendido, el gremio periodístico se encuentra amenazado y las autoridades no dan muestras de voluntad para investigar.

Eran las seis de la tarde del 26 de noviembre del 2003, la noche comenzaba a teñir sobre la ciudad de Santa Rosa de Copán, German Rivas se dirigía a su noticiero y cuando entraba al canal 34 un hombre le hizo un disparó que inmediatamente le quitó la vida.

“Al principio las autoridades trataron de investigar el hecho, pero poco a poco el caso fue abandonado, ya pasaron dos meses y no se ven los resultados” lamenta Xiomara Orellana, periodista del mismo canal.

Se libraron órdenes de captura, pero no se cumplen, en evidente negligencia gubernamental en la aplicación de la justicia.

Las autoridades solicitaron a los medios de comunicación no seguir hablando del caso. Mientras, hacen circular rumores de motivaciones pasionales del crimen, sobre las cuales no presentan ninguna prueba y mas pareciera una justificación para ocultar la impunidad.

Antecedentes
Rivas era el Director y Propietario de “Maya Visión” Canal 34, dirigía un programa de noticias en el cual se había informado sobre de los daños ocasionados por el derrame de cianuro en el río Lara por parte de la Compañía Minerales de Occidente.

También había denunciado el tráfico ilegal de ganado en 14 puntos ciegos de la frontera entre Honduras y Guatemala, con gráficas tomadas al momento en que los animales cruzaban la línea divisoria.

“Estas informaciones fueron muy candentes” dijo Xiomara, al señalar que en enero del 2003, un derrame de cianuro eliminó parte de la vida acuática del río Lara, además las imágenes revelaban el nacimiento de niños con malformación congénita que supuestamente se debía a la contaminación.

Por este problema la compañía Minerales de Occidente fue sancionada con 170 mil dólares equivalentes a un millón de lempiras, dijo la periodista.

Primer atentado
La noche del 24 de febrero del 2003 German Rivas recién salía de su programa y en momentos en que se dirigía para su casa, un desconocido le disparó con un fusil Rémington y aunque las autoridades conocieron el hecho e incluso un vigilante de la colonia encontró el arma, nunca se le dio la protección necesaria y fue hasta diciembre que llegaron los resultados de balística, un mes después de su muerte.

En ese momento el tema minero y el contrabando de ganado fueron mencionados como posibles motivos para el atentado, pero no se investigó.

  • Amenazas*

Horas después del asesinato de German Rivas, también la periodista Xiomara Orellana fue víctima de amenazas, a través de una llamada telefónica que recibió el también periodista Wilman Torres.

“Eran las nueve de la noche, estamos viviendo el impacto de la muerte de don German y me amenazaron a mi, yo inmediatamente puse en conocimiento de del señor fiscal Marvin Arias, como el sub comisionado Marques Quintero de la policía y ellos me dijeron que no me preocupara, que posiblemente se trataba de una broma porque las investigaciones iban por otro lado”, manifestó Xiomara.

El hostigamiento siguió. El teléfono sonaba constantemente pero al levantar el auricular nadie respondía. Esa situación hizo que el Comisionado Nacional de los Derechos Humanos, solicitara a la policía protección para la periodista.

La policía accedió a custodiar el edificio del canal, pero la periodista debía caminar hacia su casa todas las noches sin ninguna seguridad.

El viernes 9 de enero un individuo que vestía una chaqueta militar y un gorro llegó al canal a preguntar por Xiomara, como ella no se encontraba le solicitaron identificación, pero en el mismo instante dio la vuelta y se retiró.

El lunes de la siguiente semana el mismo sujeto regresó al canal, pero ahora preguntando por la ubicación de un billar, “una pregunta ilógica porque este negocio esta tan visible que nadie podría perderse” puntualizó la comunicadora.

Estos hechos no son aislados. En 1,998 el asesinato del representante del Comité para la Defensa de los Derechos Humanos (CODEH) en Santa Rosa de Copán, Ernesto Sandoval, también estuvo antecedido de fuertes denuncias.

En ese momento el CODEH realizaba investigaciones a cerca de la ejecución de jóvenes en Copán, y cuando se alistaban para revelar los nombres de los responsables fue asesinado de varios balazos. Hasta ahora el crimen sigue impune.

Xiomara teme por su vida porque al no haber investigación y castigo para los culpables, puede reanimar a los asesinos para seguir actuando.

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