Cristo se solidarizó con inmigrantes

Los inmigrantes indocumentados en Estados Unidos se caracterizan por ser explotados, en muchas ocasiones no se les paga salarios justos, viven con miedo a ser arrestados por la migra, desprotegidos por las leyes, son hostigados y perseguidos por las leyes.
Muchos los acusan injustamente a conciencia o por ignorancia de quitar trabajos, ser una carga de los servicios sociales, de no querer adaptarse al sistema, de violar la ley.
Entre otras razones, la mayoría de los emigrantes Latinos dejaron sus países de origen fundamentalmente debido a modelos socio(económicos neo)liberales del capitalismo corporativo que han generado pobreza, falta de empleo o salarios de hambre. No vinieron a Estados Unidos de turismo o por puro gusto.
Jesús de Nazaret, según los Evangelios fue un viajero parecido a un emigrante de hoy. Mateo 2, 13-14 nos dice que José y María que inmediatamente después del nacimiento de su hijo tuvieron que emigrar a Egipto. Viajó por todo Palestina: Samaria, Jericó, Cesárea, Filipo, Tiro, Sidón, Bethesda y Gadara llevando su mensaje, pero pasando vicisitudes, exponiendo su vida frente a la inseguridad, riesgos y ladrones. Se crió en Nazaret y no tuvo según los Evangelios un lugar fijo durante su vida pública, por esto nos dice Lucas 9,58: “El Hijo del Hombre no tiene donde reclinar la cabeza”.
Vivió como los pobres, era carpintero, hablaba mayormente en arameo para los pobres, no el hebreo oficial. No tuvo poder político, económico, ni religioso según las jurisdicciones institucionales de la época. El Nazareno les sirvió a los pobres en el desierto, en las fronteras, en lugares donde no había comodidades y lujos. El mismo nació, vivió y murió pobre. Murió fuera de las murallas de Jerusalén, es decir, marginado.
Por otro lado, para aquellos legalistas, es interesante observar que
¿Tiene Jesús de Nazaret una palabra para las y los migrantes?
La vida de Jesús nos dice varias cosas muy importantes. Que los inmigrantes necesitan ser tratados como hijos e hijas de Dios, como seres humanos, como un hermano o hermana. Que los seguidores y seguidoras actuales del Maestro tenemos el deber de acogerlos, protegerlos, ayudarlos y abogar por ellos. Solidarizarnos. El inmigrante está tocando a nuestras puertas por trabajo, comida y alojamiento. “Era emigrante y me acogiste” (Mateo 25, 35)

para Jesús lo más importante es la dignidad humana, no la Ley, ya que las leyes están para servir a los seres humanos y no los seres humanos para servirle a las leyes. Un ejemplo de esto está en Marcos 3, 1-6 donde el Maestro cura el Sábado a pesar que la Ley lo prohibía, por esto fueron inmediatamente los fariseos a denunciarlo ante Herodes para eliminar el Mesías.
Jesús se solidarizó con los inmigrantes y lo mismo debemos o podemos hacer los cristianos y personas de buena voluntad. Una de las maneras más efectivas y concretas es unirnos todas las denominaciones cristianas y religiones, ciudadanos, residentes permanentes, afroamericanos, asiáticos a los reclamos de justicia de los inmigrantes, unirnos a sus marchas, apoyando los boicots, desobediencia civil o cualquier otro método pacífico.
Fuente: ADITAL-Brasil, Agencia de Noticias de Inspiración Cristiana especializada en América Latina.

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