DENUNCIA. Candelario Reyes García

Este individuo en compañía de
otros de aspecto hostil, de los que aparentemente él era sólo el guía,
llegó a mi propiedad ubicada en la aldea de las crucitas, en busca
mía, sin dar razón para qué, pero es más que evidente.
No se sabe si solamente para crear un ambiente de amedrentamiento,
otros vehículos también han estado circulando a diversas horas cerca
de mi casa de habitación ubicada en la Colonia Suyapa de Santa
Bárbara, en los últimos días.
Desde el día 28 de junio del 2009, mi casa ha estado vigilada, y en
varias oportunidades y a diversas horas, la policía, y vehículos
particulares ocupados por militares y por hombres de civil armados con
AK, han andado en mi búsqueda.
En mi propiedad de día y de noche fue la patrulla policial y montaba
operativos de búsqueda durante los primeros días del golpe de Estado.
Durante un lapso de los meses e diciembre y enero las hostilidades
bajaron un poco, pues yo manifestaba a todo mundo que me encontraba
en Europa.
Por supuesto, mi familia y yo no hemos podido volver a mi casa,
excepto un día que mis hijos quisieron ir a visitar a sus excompañeros
de colegio, y justo al saber que ellos se encontraban allí, se fue a
colocar en la esquina un taxi, y un hombre armado, que no tenía
ningún reparo en hacer evidente que estaba armado y vigilando a
quienes ocupaban mi casa.
Con ayuda de amigos tuve que sacar a mi familia, y mantenerla desde
esa fecha oculta. Finalizado el año escolar tomé otras medidas para
ponerla a salvo.
En la ciudad algunas personas de muy mala conciencia se han encargado
de difundir una cadena de información, de que yo era empleado de MEL
y que a mí me dio millones para la Cuarta Urna. Otros, de que yo soy
agente de Chávez y que financio actividades de la resistencia, que por
eso es que ando huyendo.
De hecho, yo nunca he sido depositario de dinero de nadie. Y si soy de
la resistencia y lo seré hasta el último minuto de la vida, y cuando
ayudo a otra persona, lo hago como parte que soy de un planeta que
me ha prestado este cuerpo que un día volverá a su seno. Lo hago con
mi modesta contribución en lo que puedo. Y lo hago con alegría.
Yo nunca fui empleado de MEL, de hecho guardo un gran respeto por doña
Xiomara, su familia y el presidente MEL, aunque nunca sólo los he
tratado brevemente, en mi calidad de simple ciudadano, que como
muchos, respetamos a las personas por su hidalguía moral en las
circunstancias adversas de la vida.
Por supuesto he sido un entusiasta del gobierno de MEL, pese a que
tuvo grandes fallas, pero tuvo una posición clara y contundente en el
NO a la Minería a Cielos Abiertos, al abuso de los poderosos y una
política de consulta popular y respeto por la dignidad humana.
La vigilancia y la amenaza a las personas que trabajan conmigo ha sido
permanente. Y Este día se han presentado directamente en mi propiedad
a buscarme, creyendo encontrarme allí realizando mi trabajo como
promotor cultural, como educador. O a lo mejor únicamente lo hayan
hecho, como una demostración disuasiva para las personas que me
quieren y que continúan mi labor a favor de la esperanza encarnada en
los humildes de la tierra.
Con ocasión de la muerte de mi madre, sabiendo que yo había regresado
al país, montaron igualmente vigilancia, pero por supuesto, yo no me
mantuve en el mismo lugar, ni una noche después de las exequias.
Días antes del golpe de Estado, algunos amigos me alertaron, igual,
algunos paramilitares expresaron en público que esta vez, no iba a
ser los años ochenta, en que me les iba a escapar, entre ellos el
dueño del vehículo con placas PBH 3334, muy reconocido por sus
negocios ilícitos en la ciudad entre ellos, su condición de tope para
el contrato de sicarios.
Como tengo un compromiso que cumplir estos días, viendo como están
las cosas en el país, desde hace dos semanas he estado enviando
mensajes de que voy a estar a partir de esta semana en Santa
Bárbara, y ellos han iniciado con antelación la cacería.
Desde hace algún tiempo algunos miembros de mi familia me ha pedido
que no escriba más, que me haga más invisible, que ya, que deje de
soñar, y que no haga más labor cultural, que ya hice lo suficiente,
que si me matan nadie me va a revivir y que voy a quedar sólo como un
poema en el papel que un día se olvidará.
Yo quiero a mi familia y no me es agradable que vivan en zozobra en
esta guerra de baja intensidad que vive el país, o de alta intensidad,
depende desde qué punto se vea. Yo valoro al vida y respeto la de los
demás, es más la promuevo con optimismo.
Sin embargo, yo sé, porque me ha tocado burlar más de un cerco, que
desde los años ochenta, estoy condenado a muerte por los escuadrones
de la muerte, porque he dedicado mi trabajo a caminar con mi pueblo
acompañándolo para que aprenda a leer y a escribir, a hacer arte y
elevar su autoestima, a hacer escuelas, kínder, casas, bibliotecas,
canchas, arte, arte y creer en la vida promoviendo la paz, la
convivencia, la alimentación natural no chatarra, la seguridad
alimentaria y decir que Honduras no necesita ejército, ni armas, sino
libros, lectores, escritores, cientistas, gente de bien. Alegría, paz,
trabajo y cuido.
Para esto, por supuesto he contado con el apoyo de organismos
humanitarios y de desarrollo. Yo sólo he puesto mi trabajo. Y he
contado con el apoyo de mis amigos de los pueblos trabajando hombro a
hombro conmigo, o si es posible, mucho más que yo.
No soy ninguna persona importante, es cierto, sólo soy un mal ejemplo
para los que ven la vida como un negocio, y a Honduras como un sitio
para el asalto; que ven mal el testimonio de que los pobres valen ,
no únicamente como fuerza de trabajo, porque tienen la capacidad para
dirigir la vida, creer en ellos y crecer al amparo de su tenacidad, si
cuenta con los medios y las oportunidades necesarias.
Con esta denuncia, dejo escrito el nombre de este paramilitar, de
profesión franco tirador, que ha manifestado, que “matar a un perro
comunista como yo, será el mejor ejemplo contra todos los cabrones de
la resistencia” Y al parecer, hoy, de manera personal está ocupándose
del asunto. Lo dejo escrito por lo que le pueda pasar a cualquier
persona cercana mía, sea familia, amigo o trabajador.
Y lo dejo también como evidencia de la impunidad y solvencia bajo la
que actúan a pleno día, por las noches, a cualquier hora, aún cuando
había estado de sitio. Que la inteligencia y la generosidad la
distinguen con un balazo los sicarios ¿Al mando de quién? Es la
pregunta.
Hago la presente denuncia ante la Red de Organismos de Derechos
Humanos, ya que no puedo presentarla ante las autoridades, que como
sabemos, no garantizan ningún respeto por la vida ni los derechos
humanos.
Y dejo evidencia ante la atemorización de que son objeto las personas
cercanas a mí, así como el riesgo que corren ante el estado de cosas
que prevalecen en el país, nada grato, para quien valore la vida y la
dedica al trabajo por los demás, y les enseña a preguntar ¿Por qué?

Candelario Reyes García
0405(1958)00080
Honduras.

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