Canadá, Estados Unidos y México
El 27 de marzo, la empresa fabricante de camisetas, Gildan Activewear, anunció el cierre de sus dos últimas plantas textiles en Montreal, una operación de costura en New York y dos plantas de costura en México.
Las fábricas norteamericanas cerrarán en agosto, debido a los requerimientos legales de la provincia de Québec de hacer una adecuada notificación previa en caso de un cierre permanente. En contraste, las instalaciones en México, en donde no existen estos requerimientos legales, cesaron la producción un día después del anuncio de la empresa.
Una vez completados los cierres habrán quedado sin trabajo unos 1,365 mil trabajadores mexicanos y 465 canadienses y estadounidenses.
Se trata de una decisión devastadora para los trabajadores, sus familias y las comunidades en los tres países. Los trabajadores de las fábricas mexicanas en Monclova fueron afectados con particular intensidad, dado que la región sigue sufriendo los efectos del cierre de otra fábrica importante de una competidora de Gildan, Hanesbrands, que resultó en el despido de 1,700 trabajadores en diciembre de 2006.
La notificación dada a los trabajadores mexicanos y su comunidad fue de solo un día, dándoles poca o nula oportunidad para desarrollar sus propias propuestas y negociar con Gildan una compensación adecuada, recapacitación, asistencia en la búsqueda de trabajo u otras maneras de minimizar el impacto negativo que sufrirán. A diferencia de las plantas textiles de Canadá, los trabajadores de las dos fábricas de costura mexicanas no tenían representación sindical.
Gildan sostiene que los cierres eran necesarios para seguir siendo competitiva. Los centros de manufactura de Gildan se trasladarán ahora a lugares de menor costo en Honduras, Nicaragua, la República Dominicana y Haití. La empresa estima que ahorrará US$45 millones por año como resultado de esta decisión de reestructuración.
Con la asistencia de la RSM, la institución SEDEPAC en Monclava, presentó una serie de propuestas a Gildan para apoyar a los despedidos, que iban más allá de los requerimientos legales en México. Se pidió una compensación adicional, en reconocimiento de la falta de notificación previa, una evaluación profesional de salud de los trabajadores, concerniente a posibles lesiones enfermedades causadas por el trabajo, un año adicional de cobertura médica, recapacitación y asistencia en la búsqueda de empleo.
En respuesta, Gildan ofreció seis semanas de compensación a cuenta de la notificación, seis meses de acceso a médicos privados contratados por la empresa, pero sin seguro médico institucional, recapacitación para el trabajo a través de un programa de capacitación del gobierno, pero no asistencia en la búsqueda de empleo, y monitoreo independiente de los pagos de indemnización y el programa de capacitación a ser realizado por SEDEPAC.
Gildan es una empresa altamente rentable que ha tenido enormes ganancias del trabajo de estos obreros. El año pasado las ganancias de Gildan sumaron US$105 millones. Al anunciar estos despidos, las acciones de Gildan subieron más de 20%, una ganancia de US$660 millones para sus accionistas. Gildan está en condiciones, por lo tanto, de dar a sus trabajadores y la comunidad una compensación generosa y apoyo para que consigan un nuevo empleo.
Se prometió a los trabajadores mexicanos enormes beneficios y salarios con la implementación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN o NAFTA por sus siglas en inglés).
Pero tanto éste como otros anuncios de cierres en la industria de la confección para exportación mexicana revelan el engaño de las promesas de trabajo y salarios decentes del TLCAN.
La liberalización del comercio en el nivel internacional, con el desmantelamiento del sistema de cuotas de importación, está superando cualquier supuesto beneficio comercial del TLCAN.