¿La censura nos hace «ser lo que ignoramos»…?

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Saber e ignorar

Por Osvaldo Bazán

El vino y el buen clima entre viejos amigos habían conseguido liberar las lenguas, pero éramos periodistas así que mucho no hacía falta. Entonces uno, así despatarrado en la silla, así como de mitad de fin de semana, la parrilla ya vacía, preguntó: “¿Somos lo que sabemos o somos lo que ignoramos?”. La runfla que estiraba la sobremesa, nadadores duchos en mares de conocimientos de un centímetro de profundidad, comenzó a tejer teorías varias, retazos de conocimientos, pequeñas piedritas de verdad teórica en medio en una colada de agua intrascendente. En ese momento, creo recordar ahora –pero no se pueden recordar los diálogos de una noche de hace años con vino, asado, amigos y canciones de Baglietto–, apoyé la moción “somos lo que sabemos”. Como siempre vino el tiempo e hizo lo que mejor le sale, pasar. Y desmentirte.

Esta semana me topé con un librito impresionante: Censurado 2010, las 25 noticias censuradas de 2008-2009. Las noticias que no fueron noticia. Y ahí entendí que en aquel asado amiguero de terraza rosarina había estado un tanto apresurado, si es que de verdad sostuve que somos lo que sabemos, cosa que también es controvertida.

Censurado 2010 es parte del Proyecto Censurado, que comenzó en 1976, con el cual la Media Freedom Foundation Inc. con el apoyo de estudiantes, grupos de medios independientes norteamericanos e intelectuales como Noam Chomsky reciben de todo Estados Unidos noticias que no fueron publicadas por la prensa o no consiguieron la relevancia que debían tener o bien fueron especialmente ocultadas por los grandes medios.

El resultado es temerario.

Al tope de la lista de las 25 noticias que no fueron noticia este año –el libro se publica desde hace mucho, y el periodista chileno Ernesto Carmona Ulloa se encarga de traducir los textos al castellano, que pueden ser visitados en el sitio www.argenpress.info– se encuentra una obviedad que, de tan vista, de tan visible, ha conseguido pasar inadvertida: “¿Cómo Wall Street domina al gobierno de Estados Unidos?”, y dice: “Senadores y diputados responsables de supervisar la economía de EE.UU. han recibido millones de dólares de las empresas de Wall Street. Desde 2001, ocho de las empresas más cuestionadas han donado 64,2 millones de dólares a los candidatos del Congreso, a los candidatos presidenciales y a los partidos Republicano y Demócrata. Senadores como Barack Obama y John McCain recibieron un total combinado de 3,1 millones de dólares. Los donantes incluyen a los bancos de inversión Bear Stearns, Goldman Sachs, Lehman Brothers, Merrill Lynch, Morgan Stanley, la aseguradora American International Group y los gigantes hipotecarios Fannie Mae y Freddie Mac. Algunos de los beneficiarios más relevantes recibieron contribuciones de compañías que a su vez recibieron dinero fiscal aprobado en el paquete gubernamental de ayuda financiera conocido como TARP aprobado por los mismos miembros del Congreso que ocupaban cargos en los comités encargados de regular el sector financiero y de supervisar la eficacia de este programa de apoyo gubernamental sin precedentes. (…). Casi cada miembro del Comité de Servicios Financieros de la Cámara de Representantes, que en febrero de 2009 supervisaron en audiencias públicas cómo serían gastados los 700 mil millones de dólares del TARP aprobado con urgencia, recibió contribuciones asociadas a estas corporaciones financieras durante el ciclo 2008 de la elección”.

Así de contundente es la información que los poderes norteamericanos les escamotearon a sus ciudadanos. Todas las noticias de la lista vienen con el nombre de los estudiantes que investigaron, más los evaluadores académicos y las fuentes utilizadas.

La segunda de la lista se titula “Las escuelas de Estados Unidos están más segregadas hoy que hace 50 años” y dice que pese a que desde los años 60 hay obligación de que los colegios integren a las etnias, no sólo no se cumple esa legislación sino que cada vez es peor. El 44% de las escuelas del país están segregadas para negros, latinos y asiáticos. “La educación desigual conduce a disminuir el acceso a la universidad y a futuros trabajos. La mayoría de las escuelas para niños negros o latinos están segregadas por la pobreza, así como por la etnia. La mayor parte de las deserciones escolares de la nación ocurren en las escuelas públicas de niños “no blancos”. Las escuelas en comunidades de bajos ingresos siguen siendo altamente desiguales en su financiamiento, planta de profesores y planes de estudios. (…) Los colegios insertos en sectores de bajos ingresos son a menudo ignorados por los reclutadores de universidades y del mercado de trabajo”.

Si bien estas noticias podían ser intuidas desde aquí, la tercera es –al menos para mí– una sorpresa: “Los ‘piratas’ somalíes son pescadores en lucha contra el saqueo occidental de la pesca”. Es muy clara y desmiente casi todo lo que leímos sobre el tema. Dice que mientras la comunidad internacional declaró la guerra a los piratas-pescadores somalíes, protege discretamente las operaciones de sus flotas dedicadas a la pesca ilegal y también descargan basura tóxica en aguas somalíes desde que colapsó el gobierno de Somalia, en 1991. En 2005 más de 800 barcos pesqueros ilegales operaban al mismo tiempo en aguas de Somalia, aprovechándose de la incapacidad del país de vigilar y controlar sus propias aguas y zonas de pesca, arrasando anualmente con un estimado de 450 millones de dólares en mariscos y peces de las aguas somalíes. Así roban una fuente inestimable de proteína a una de las naciones más pobres del mundo y arruinan el sustento de vida legítimo de los pescadores. También cuenta que el tsunami de 2004 hizo reventar los contenedores de basura tóxica, haciendo aparecer desechos radiactivos de uranio, metales pesados como cadmio y mercurio y basura industrial, química y hospitalaria de los países centrales. Los pescadores somalíes usaron lanchas rápidas para intentar disuadir a los barcos descargadores y rastreadores, o por lo menos aplicarles un “impuesto”. Se llamaron a sí mismos “Guardacostas Voluntarios de Somalia”. Y hay más: “El Consejo de Seguridad de la ONU (algunos de cuyos miembros pueden tener muchos motivos ocultos para proteger indirectamente a sus flotas pesqueras ilegales en aguas somalíes) aprobó las resoluciones que “invitan a los Estados interesados en la seguridad de las actividades marítimas a participar activamente en la lucha contra la piratería en alta mar fuera de las costas de Somalia, particularmente desplegando buques de guerra y aviones militares”.

La lista de noticias que no fueron noticia continúa. Así, al público norteamericano le fue difícil enterarse de cuestiones tales como que Ecuador declaró ilegítima su deuda externa y estableció derechos constitucionales de la naturaleza, o cómo se controlan los debates presidenciales o cómo los bancos salvados por el gobierno sacaron millones de dólares a paraísos fiscales, o el historial de corrupción de los jefes militares de Obama.

Con los amigos periodistas de aquel asado tíntico sabíamos que siempre hay un poder que no quiere que sepas algo, pero también que siempre hay un borracho que con voluntad consigue decir lo que considera verdadero. Ahora creo que somos la suma de lo que sabemos más la lucha desigual contra las condiciones que intentan que seamos ignorantes. He ahí lo que nos constituye, lo que nos trasciende y nos justifica. Sin eso nuestra profesión no tiene sentido. La transa, la comodidad y el cinismo (una forma sofisticada de la comodidad, con muy buena prensa en manos de los quebrados y los comprados) te juegan en contra. Brindo por los amigos borrachos que no han caído en la transa ni en la comodidad ni en el cinismo. Por suerte, son muchos todavía.

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