Primero: Que el irrespeto por la vida que hoy mostramos como sociedad, es solo el efecto de un modelo de justicia fracasado, precisamente porque las instituciones de este sector, llámese Ministerio Publico, Poder Judicial y Policía Nacional han sido secuestradas por los capos de la política que cada vez más se acercan al crimen organizado del país, generando niveles de inseguridad, indefensión e impotencia en muchos sectores de la población, que ante esa realidad, lamentablemente optan por hacer justicia por su propia mano.
Segundo: Lamentamos que a pesar de múltiples esfuerzos económicos en procesos de modernización del sector justicia, sostenidos con fondos del pueblo hondureño y la cooperación internacional, quienes dirigen nuestras instituciones en el mejor de los casos estén más interesados en cuestiones de forma, que en recuperar la credibilidad de la población en las mismas, lo que a nuestro juicio debe pasar por la contratación de personal ético, moral y profesionalmente competente, a través de procesos de selección objetivamente confiables y sujetos al seguimiento y auditoria de la población.
Tercero: No debe pasar desapercibido el constante reclamo de la población hondureña, por el hecho de que las instituciones del sector justicia a través de sus funcionarios de todos los niveles, sirven para legitimar y en algunos casos participar directamente de los delitos de corrupción e incluso de criminalidad organizada.
Cuarto: Ante la notoria negación del Estado de Derecho por parte de quienes dirigen nuestro país, invitamos a la sociedad hondureña, a que organizados pacíficamente y en forma civilizada recuperemos las instituciones del Estado y en particular las del sector justicia; para que estas efectivamente puedan ejercer su función en forma independiente, imparcial y eficiente.
Quinto: El pueblo pueblo, las víctimas de la violencia y la inseguridad, los que no tenemos acceso a la seguridad privada; tenemos el derecho y el deber de evitar la reelección de los actuales Magistrados y Magistradas de la Corte Suprema de Justicia y Fiscales Generales de la República , por ser los principales responsables del fracaso de la justicia hondureña en los últimos años; así mismo en forma militantemente y desde cualquier espacio, debemos exigir que las nuevas autoridades de la justicia tengan la altura moral y profesional para asumir tan dignos cargos, frustrando el tradicional reparto de los politiqueros mandaderos de los corruptos y otros peligrosos criminales del país.
Sexto: Reiteramos que no hay paz si no hay justicia y no hay justicia si ésta la administran los corruptos y otros criminales a través de sus sirvientes.
San Pedro Sula, 06 de Agosto de 2008.
¡DIGAMOS NO A LA CORRUPCION Y LOS CORRUPTOS!