A las diez de la mañana el ejército y la policía trataron de frenar a los maestros en su idea de tomarse la carretera que de Tegucigalpa conduce al sur del país, pero debido a la cantidad de profesores las fuerzas represoras del Estado no pudieron contener la manifestación y los educadores bloquearon la carretera.
Cuatro horas después los miembros del ejército, El Escuadrón Antimotines y la Policía Preventiva, recibieron de parte de las autoridades superiores, la orden de desalojo. Portando armas de guerra y escudos, comenzaron a lanzar bombas lacrimógenas, a disparar sus armas, a tirar agua a través de una tanqueta y darle toletazos a los maestros.
Los docentes resistieron un buen rato el efecto de los químicos y se opusieron utilizando palos y piedras, varios maestros y maestras se desmayaron por efectos del gas y por los fuertes golpes que recibieron de parte de policías y militares.
En el enfrentamiento también resultaron afectados los vecinos de las colonias Loarque y Satélite, donde varios maestros se refugiaron para evitar los efectos de los gases, los policías y militares utilizando la fuerza procedieron a sacarlos y lanzaron bombas al interior de casas de habitación y centros comerciales.
Una recién nacida que se encontraba al interior de una casa, resultó afectada por los grases de las bombas lanzadas al interior de las viviendas y comercios. La menor tuvo que ser llevada de emergencia a una clínica.
Otro caso se presentó con un cajero de un supermercado que resultó herido de un balazo y afectado por los químicos
Al final los docentes fueron sometidos por la fuerzas del Estado, cincuenta educadores fueron detenidos. Tres fueron heridos de bala y en sus cuerpos los médicos encontraron ojivas de fusiles M-16 arma utilizada del ejercito. Efraín Alvarado, René Torres y Elvin Hernández, están fuera de peligro informaron fuentes médicas.