Frigenti aseguró en una entrevista con Efe que los líderes de Centroamérica comprenden que tienen que “diversificar su economía” para no sufrir por el estancamiento de Estados Unidos y reconoció que las seis naciones del istmo trabajan para superar a corto plazo el arrastre de la crisis.
“La lenta recuperación de los Estados Unidos es algo que va a impactar y por eso yo creo que, particularmente los países más adelantados, Costa Rica y Panamá, están tomando medidas para diversificar la economía”, dijo.
Por otra parte, lo que está pasando en Honduras ahora “es un resultado de esos siete meses de falta de acceso a recursos internacionales en una coyuntura en que los países lo necesitaban más”, acotó Frigenti en alusión a la crisis que estalló en junio pasado, cuando los militares derrocaron al entonces presidente Manuel Zelaya.
La situación ha comenzado a normalizarse tras la llegada al poder de Porfirio Lobo, en enero pasado, cuando el Banco Mundial (BM) restableció sus relaciones con Honduras, indicó Frigenti.
“Nosotros estamos revisando las proyecciones de crecimiento en Centroamérica hacia arriba, con la excepción de Honduras, y lo mismo está pasando en el Fondo Monetario Internacional (FMI)”, explicó.
Panamá estará a la cabeza en la región con 4,5%, pero todos van a tener números positivos este año, matizó.
Lobo tiene, adelantó, “en pocos meses que tomar decisiones que, desafortunadamente, son muy difíciles, sobre las leyes de salarios públicos, el recorte de salarios, la composición del gasto público, falta de transparencia en el manejo de recursos públicos, etcétera”.
En ese sentido, dijo, limitar los aumentos de salarios a los profesores es una situación “muy fuerte” porque “eran los que representaban a Zelaya”.
Frigenti sostuvo que están trabajando junto al FMI para entender totalmente el tamaño de la crisis económica en Honduras pero lo que sale de sus estudios es que el país “tiene problemas macroeconómicos muy fuertes” para 2010 y 2011.
En el caso de El Salvador, que fue el más golpeado por la crisis, la funcionaria cree que tiene una situación política bastante polarizada que no permite la aprobación fácil de reformas económicas y estructurales en los sectores más críticos de la economía.
No obstante, consideró que el presidente, Mauricio Funes, hizo un trabajo “brillante” con la aprobación de la última reforma fiscal.
“Estamos manteniendo un diálogo muy fuerte con el Gobierno y la oposición, es un país que tiene recursos humanos increíbles y espero que salga muy rápido de la crisis. Además, tiene una clase empresarial muy abierta, dinámica, que no tiene un sentido feudal como se encuentra en otros países de Centroamérica”, reflexionó.
El gobernante guatemalteco, Álvaro Colom, enfrenta una situación “muy diferente y todavía no logra aprobar la reforma fiscal que en Guatemala es realmente urgente”, señaló Frigenti.
La representante del Banco Mundial criticó el papel que está jugando la clase empresarial de ese país y consideró que, comparada con la de El Salvador, es “mucho menos abierta” y “menos constructiva en su diálogo con el Estado”.
“Eso es algo que me preocupa”, indicó tras asegurar que han conversado con los empresarios.
El Gobierno guatemalteco presentó tres veces un plan de reforma fiscal que no es particularmente ambicioso, sino que “los llevaría a lograr la meta del acuerdo de paz (de 1996) de 12 por ciento de carga fiscal”.
También es una situación política muy polarizada y muy fragmentada, “ahora están presentando una reforma más suave, la llaman ellos, demasiado suave y vamos a ver qué pasa con ella”, comentó.
Con Nicaragua, el Banco comparte el enfoque de Ortega sobre el combate a la pobreza rural y mejorar los servicios sociales, le recomienda mantener el manejo sólido de la macroeconomía, pero tiene pendientes reformas en cuanto a la “transparencia” en áreas de la administración pública, retrasadas por el cercano proceso electoral.
La institución financiera internacional no espera que en 2011 se hagan, lo cual “es una lástima porque el país lo necesita”, sentenció Frigenti.
Para 2010, calcula la ejecutiva italiana, el BM tendrá entre 800 y 1.000 millones de dólares a disposición de la región.