Refiriéndose al apoyo y adoctrinamiento de los grupos campesinos armados que mantienen tomadas varias fincas de palma africana en el Bajo Aguán la cita del informe de inteligencia militar, que suponemos textual, afirma que proviene de “una estructura montada en la región que va desde organizaciones no gubernamentales de corte socialista, sacerdotes de la orden de los jesuitas que pregonan la teología de la liberación en cada comunidad, dirigentes magisteriales y maestros radicales de izquierda, hasta medios de comunicación locales parcializados con las ideologías comunistas”.
Más adelante se cita el siguiente párrafo: “Es importante recalcar que la orden católica dominante en el departamento es la jesuita, adeptos a la teología de la liberación, la cual es una visión marxista del evangelio. De esta orden han salido todos los sacerdotes guerrilleros de la Iglesia incluyendo a Guadalupe Carney”.
Consideramos necesario hacer las siguientes aclaraciones.
1 – Los sacerdotes pertenecientes a la Compañía de Jesús, fundada por San Ignacio de Loyola, a quienes llamamos popularmente “jesuitas”, han acompañado a las familias más pobres del Departamento de Colón, que en su mayoría coinciden con la población campesina, para ayudarles en la defensa de sus derechos y para alcanzar las metas de su propio desarrollo.
2 – Esta actuación de los sacerdotes jesuitas obedece a la opción preferencial por los pobres que la Iglesia en América Latina ha hecho desde hace varias décadas. En el documento “Hacia la búsqueda de un desarrollo humano integral, justo y solidario en Honduras”, con fecha 6 de enero del presente 2010, los sacerdotes jesuitas que laboran en nuestra patria afirman: “Queda claro que la opción por los pobres es una concreción intrínseca de nuestra fe y en ella se juega el sentido de nuestra propia vida. Esta opción ha de ser personal y comunitaria, ha de cruzar a la persona concreta y a las estructuras, ha de pasar por el corazón y ha de expresarse en acciones históricas.”
El mismo Papa Benedicto XVI, en el discurso inaugural de la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, del año 2007, se expresaba así: “En este esfuerzo por conocer el mensaje de Cristo y hacerlo guía de la propia vida, hay que recordar que la evangelización ha ido unida siempre a la promoción humana y a la auténtica liberación cristiana.” (DI, 3) La liberación integral por la que trabajan los sacerdotes jesuitas y toda la Iglesia Católica no es ni una acción marxista ni una acción que pertenezca a ninguna ideología política. Es una acción inspirada en el Evangelio que nos exige luchar contra toda ideología que manipule al pueblo. Y eso es lo que hacen los sacerdotes jesuitas en nuestra Diócesis de Trujillo.
Nos consta el esfuerzo que hicieron los sacerdotes jesuitas y la diócesis en general hace unos dieciocho años, por convencer a los campesinos de que no vendieran las tierras que ahora son motivo de este violento conflicto. De igual manera en ningún momento hemos promovido la recuperación de tierras por parte de campesinos.
3 – También se recoge, en el reportaje de LA PRENSA, la siguiente cita del informe de inteligencia militar: “Autoridades de la Iglesia Católica del sector tienen fuertes lazos con las agrupaciones campesinas en el departamento, oficialmente para promover grupos ambientalistas y étnicos, pero se cree que también para fortalecer su partido (la Democracia Cristiana)”.
El apoyo a partidos políticos es un derecho individual de todo ciudadano. Sin embargo, ningún miembro de la Jerarquía de la Iglesia Católica en la Diócesis de Trujillo, que conforman los Departamentos de Colón y Gracias a Dios, tiene ningún compromiso con ningún partido político y, por tanto, tampoco con la Democracia Cristiana. Compartimos las palabras del Papa Benedicto XVI cuando afirma en el mismo discurso inaugural citado en el numeral anterior: “Si la Iglesia comenzara a transformarse directamente en sujeto político, no haría más por los pobres y por la justicia, sino que haría menos, porque perdería su independencia y su autoridad moral, identificándose con una única vía política y con posiciones parciales opinables. La Iglesia es abogada de la justicia y de los pobres precisamente al no identificarse con los políticos ni con los intereses de partido. “(DI, 4. Una vez aclarados estos puntos, creemos necesario pedir unas aclaraciones.
a) A la Inteligencia Militar de las Fuerzas Armadas de Honduras y a las Autoridades de la Policía Nacional:
Les pedimos que informen a la población de las víctimas que hasta el momento se han producido por este conflicto y los responsables de estos hechos sangrientos.
Les solicitamos también, en nombre de la población que cree en la paz y respeta la vida, se nos informe del desarme general que se anunció antes de las elecciones generales de noviembre pasado; de sus resultados y de sus objetivos, así como de las intenciones de las Autoridades militares y policiales al no perseguir contundentemente, el tráfico de armas cuando parece que, estas mismas autoridades, nos advierten del peligro de que se organice una célula guerrillera en el Bajo Aguán.
b) A las autoridades responsables de la lucha contra el narcotráfico, les urgimos que aclaren los movimientos de los distintos cárteles de la droga que tienen invadidos los Departamentos de Colón y Gracias a Dios y de su participación en estos conflictos agrícolas. Se trata de que la población pueda conocer a lo que se expone y se proteja de las consecuencias imprevisibles, ilegales, inmorales y siempre violentas que tiene el implicarse en esta actividad que está destruyendo tantas vidas y que pretende convertir a Honduras en un narco-estado.
c) Pedimos a la Inteligencia Militar que justifique ¿cómo un supuesto documento interno y desactualizado pudo trascender a un medio de Comunicación?
d) A los Medios de comunicación, solicitamos ser más cuidadosos a la hora de citar fuentes desactualizadas, que provocan desinformación y confusión en la opinión pública, atentando a la buena fama de personas e instituciones.
La Iglesia Católica defiende la vida y la dignidad de todo ser humano. Rechaza, por tanto cualquier forma de violencia y también cualquier juicio que, sin apegarse a la verdad, pueda difamar o desacreditar a las personas y a las instituciones. Será deseable, si este informe militar es auténtico, que las Autoridades Militares revisen y actualicen sus informaciones.
Confiamos que el diálogo que el señor Presidente de la República, Don Porfirio Lobo Sosa propicia como camino democrático, sirva en este conflicto para mostrar los caminos legales desde los cuales debe resolverse. Pedimos a las partes litigantes que depongan las armas para que sea la fuerza de la razón, el sentido común y la legalidad lo que al fin se imponga.
Dado en la ciudad de Trujillo, a los dos días del mes Marzo de 2010