Los cuatro periódicos por ejemplo, están en manos de empresarios vinculados a la maquila: La Tribuna es propiedad de la familia Facusse, de los primeros en dedicarse a la industria textil en el país y ahora dueños de parques industriales e inversiones en la agroindustria y otros rubros. La Prensa y EI Heraldo son de los mismos propietarios, la familia Canahuati Difícilmente divulgaran ahí la verdadera situación de las obreras en sus fabricas donde se ha regresado a condiciones laborales de hace un siglo.
Tampoco la familia Rosenthal, dueños de Tiempo y canal 11 querrá contarnos sobre la explotación, que raya en el esclavismo, a que someten a sus trabajadores en sus casi cien empresas.
En las dos grandes cadenas de radio la situación es tal que en ocasiones no aceptan publicar denuncias laborales aun cuando se pague el espacio. En otros casos, ellos mismos contradicen lo divulgado en espacios pagados.
Lo mismo sucede en la televisión. Sus dueños, o son patronos violadores de derechos, o están vinculados estrechamente a ellos. ¿Como podría Televicentro contarnos los atropellos a los jóvenes que laboran en las tiendas de comida rápida?, si sus dueños están en ese negocio.
Por eso es que en vez de denunciarlos, a los grandes violadores de los derechos laborales con frecuencia se les felicita y se les otorga premios como empresario del año, emprendedores, forjadores y otros premios que se han inventado para hacerse honores que no merecen.
EI presidente del Consejo Hondureño de la Empresa Privada, Mario Canahuati, ha anunciado con pompa y orgullo Que promueven la responsabilidad social corporativa, es decir el respeto a las personas que trabajan para ellos, el ambiente y la comunidad. Tienen un plan para mostrar 16 empresas modelos en este compromiso.
Que bueno seria que los medios de comunicación dieran libertad para que se expresaran los obreros y obreras de esas empresas. Así se desenmascararía las farsas que montan solo para dar prestigio a sus productos, abrirse mercados y cotizarse mejor en el extranjero. Ellos saben que en muchos países del mundo los consumidores exigen cada vez mas que lo que compran haya sido producido en condiciones justas y no de sobreexplotación.
Pero no podemos esperar que se den con la piedra en los dientes. En sus medios nunca se sabrá la verdad. Solo los reportajes prefabricados en las oficinas de personal.
Los trabajadores debemos hacer un esfuerzo propio para divulgar por nuestra cuenta la realidad que enfrentamos, compartirla entre los mismos trabajadores, hacerla saber al resto de la sociedad y divulgarla por el mundo entero. La tecnología nos ofrece ahora esas pasibilidades.
Comunicación Comunitaria ha asumido esa tarea. Desde hace seis añoos editamos esta revista Vida Laboral. Este ano hemos comenzado nuestro servicio permanente de noticias a través de la Internet, comun-noticias, y tenemos a la disposición nuestra pagina www.honduraslaboral.org.
Hay otros esfuerzos similares en el país. Pero estos no son suficientes, necesitamos mas comunicadores y comunicadoras.
Por eso COMUN ha iniciado su escuela de comunicación “Graciela García” en la cual estamos compartiendo conocimientos para que muchos mas denunciemos ante Honduras y el mundo la barbarie a que nos someten no les importa la vida humana y miden el progreso de los países por el aumento de sus cuentas bancarias en el extranjero y no por el bienestar de sus habitantes.
Aportemos para romper el cerco informativo de los poderosos.
Fuente: Vida Laboral Edic. # 28, Diciembre 2006.