Esta revista ha contribuido a romper el cerco de desinformación tendido por los empresarios de la maquila. Ahora no es fácil que la población, sobre todo donde está concentrada la maquila, se crea los cuentos de los maquiladores difundidos en sus campañas publicitarias millonarias para ocultar la explotación extrema a que someten a sus empleados.
Hemos contribuido a que la gente salga del engaño, identifique sus beneficios limitados y los grandes daños que produce en las personas y las comunidades y ahora le dé la dimensión exacta a la maquila: un empleo para mientras tanto se consigue algo mejor.
En estos cinco años hemos extendido la circulación de la revista a los más importantes municipios del país. En ellos nos han solicitado que se incluya información de los sectores laborales presentes en otras regiones.
Con la ampliación de la ley que protege la maquila se concibe a Honduras totalmente como zona maquilera. Muchas empresas aparecen como maquiladoras y gozan de todos los beneficios como tales, aunque su actividad sea producción de melones, camarones, pepinos, madera o tabaco. En muchas de esas empresas se presentan condiciones laborales peores que las establecidas en las fábricas de ropa.
Ameritaba entonces ampliar nuestra cobertura informativa a todos los sectores productivos, de tal manera de promover un solo esfuerzo nacional por la promoción y defensa de los derechos laborales.
Como la población identifica como maquila sólo a las empresas textiles, consideramos conveniente modificar nuestro nombre de Vida en la Maquila a Vida Laboral, que va más a tono con nuestra cobertura nacional.
Asimismo desde Comunicación Comunitaria hemos iniciado el esfuerzo de apoyar a personas e instituciones que impulsen acciones de comunicación en defensa de los derechos humanos y laborales. Estamos en disposición de capacitar a los involucrados y a colaborar directamente en la producción, ya sea en radio, prensa escrita o televisión.
No podemos esperar que los medios comerciales sean los que den a conocer nuestra situación. Esos medios son de los patronos y siempre actuarán en defensa de sus intereses. Y aquellos medios que no son propiedad directa de los grandes empresarios, también se acomodan para no perder la publicidad que estos les compran.
Los trabajadores tienen que tener sus propios medios y esfuerzos de comunicación, que lleguen a la mayor cantidad de personas posibles, para enfrentar así la avalancha de mensajes que a diario nos lanzan los poderosos, imponiendo su visión de la realidad.
Vida Laboral continuará denunciando los atropellos en la maquila de todo tipo y abre sus páginas a todos los sectores de los trabajadores para que difundan la situación en que laboran, las luchas que impulsan y los avances en el respeto a sus derechos.
Fuente: Vida Laboral Edic. # 20, Julio de 2005