Editorial
VOLVAMOS A LAS RAÍCES DEL 54
La huelga de 1954 es el movimiento social mas importante de los trabajadores hondureños. Ahí se demostró el poder popular, las capacidades y las debilidades de los obreros. Hasta ahora no se ha realizado ningún movimiento que se le iguale o aproxime.
La huelga del 54 generó las conquistas laborales que existen en Honduras. Desde entonces se han mantenido y muy poco han avanzado 50 años después.
Por el contrario, en los últimos tiempos los patronos sistemáticamente niegan los derechos establecidos en las leyes, sobre todo en el Código del Trabajo. Esas violaciones han intentado convertirlas en Ley mediante reformas o creando decretos que atentan contra derechos universales.
En la maquila específicamente, se ha vuelto a condiciones de trabajo similares a las que existían en las bananeras antes de 1954: negativa tenaz al derecho de organización, jornadas agotadoras de trabajo, ambiente de trabajo extremadamente perjudicial para la salud, gran parte fuera del sistema de seguridad social, inestabilidad laboral, no hay jubilaciones ni pensiones y una vez cumplidos los 30 años es considerada mano de obra desechada.
Desde hace años patronos y gobierno promueven la llamada flexibilidad laboral que pretende eliminar todo tipo de reglas para proteger al trabajador. Que la fuerza de trabajo entre al mercado como cualquier mercancía, regida nada mas por la oferta y la demanda. Olvidarse de salarios mínimos y que cada patrón pague lo que quiera en las condiciones que quiera. Que desaparezcan incluso los contratos de trabajo y todas las obligaciones del patrono para con sus empleados, mas que la de pagarle el salario.
Ese es el pensamiento del neoliberalismo, impulsado por los gobiernos hondureños y los empresarios hace ya veinte años.
El movimiento sindical hondureño se quedó enano. Los dirigentes sindicales se quedaron arriba gozando de unas cuantas prebendas y en verdad poco hacen por organizar a los trabajadores para defender lo logrado el 54. Menos del 10 por ciento está organizado.
Los dirigentes ni siquiera se han enterado a cabalidad de las pretensiones de la flexibilización laboral que anularía por completo las conquistas que hace 50 años lograron miles de hombres y mujeres. Por eso no podemos esperar que tengan una posición clara y menos de una estrategia para enfrentar los planes de los patronos y el gobierno.
Pero así como lo logrado el 54 no fue obra sólo de las dirigencias obreras, sino de todo el pueblo, defender esas conquistas no es responsabilidad solo de sindicatos y centrales obreras sino de todos y todas las hondureñas.
La sobreexplotación y la desprotección de miles de obreras en la maquila, la explotación infantil en las meloneras y demás plantaciones y la ausencia de seguridad social para todos los trabajadores rurales, nos afecta a todos.
Tenemos que volver a las raíces del 54. Empezar por hacer conciencia entre los trabajadores de su condición de explotados, que descubran de que son personas y que tienen derechos que les son negados. Luego debemos organizarnos, en sindicatos o en las formas que podamos para dar la lucha. Eso incluye a las 120 mil obreras y obreros de la maquila y a todos los trabajadores.
Y finalmente tomar la ruta iniciada en mayo del 54, la lucha contra los patronos y el gobierno que los protege. Los derechos no se mendigan, se conquistan. El camino de mayo es la victoria.
Fuente: Vida Laboral Edic. # 14 Mayo de 2004