Editorial
LOS HIPOCRITAS LAURELES A MORAZAN
Los militares y funcionarios de gobierno, como cada año, desfilaron ante la estatua de Francisco Morazán para coronarlo con laureles en la fecha de su nacimiento. El cemento rígido no puede moverse ni hablar, por eso no se defiende de esos hipócritas actos que se convierten en insulto para uno de los más grandes héroes de Centro América.
Morazán se alzó en lucha para transformar la rancia sociedad colonial; los militares y gobernantes conservadores de hoy persiguen y condenan a quienes impulsamos el cambio de estas estructuras sociales injustas.
Morazán se enfrentó al imperio Inglés y rechazó sus amañados préstamos por considerarlos cadenas para los países; los gobernantes que en octubre coronaron al héroe se preparan para arrodillarse en noviembre ante los organismos financieros internacionales cumpliendo al píe de la letra sus mandatos.
Morazán fue presidente de Centroamérica diez años y murió preocupado por las deudas que dejaba; los gobernantes de hoy, incluyendo los alcaldes, en cuatro años multiplican sus bienes saqueando el erario público o aprovechando las influencias para hacer florecer sus negocios.
Morazán atacó a los latifundistas e impulso la distribución de la tierra; los gobernantes de hoy están al servicio de los terratenientes y asesinan a los campesinos que buscan un pedazo de tierra para sembrar, así como aprueban leyes para liquidar el tibio intento de reforma agraria.
Morazán luchó por recuperar los territorios ocupados por el imperio inglés de Islas de la Bahía, La Mosquitia y Belice; los gobernantes actuales legalizan las tierras de las trasnacionales y ofrecen en venta las playas , islas y todo el territorio.
Morazán enfrentó decididamente a las tropas del imperio; el ejército hondureño acompaña a los invasores imperialistas para agredir a los pueblos hermanos y ahora han viajado hasta el otro lado del mundo avalando la guerra criminal contra las naciones de medio oriente.
La comparación puede seguirla usted por su cuenta. Difícilmente encontrará semejanza entre las ideas y la lucha de nuestro héroe Francisco Morazán y las de los entreguistas que hoy nos desgobiernan en Honduras y Centroamérica.
Francisco Morazán no está en los actos lujosos de los poderosos, ni en los desfiles circenses de los patrioteros que lo ensalzan con sus discursos y lo niegan en la practica. Él está de nuevo levantando su espada justiciera junto a las luchas de los pueblos de Centroamérica que enarbolan su ideal de construir una patria grande, desarrollada, justa y soberana.
Morazán no es sólo un hombre, Morazán es todo un pueblo.
Fuente: Vida Laboral Edic. No. 12, Octubre del 2003