Vino a Honduras en septiembre de 1968. Fue ordenado sacerdote en su ciudad natal el 1° de agosto de 1970. Al regreso trabajó en la pastoral juvenil en Juticalpa y después fue párroco en Dulce Nombre de Culmí, donde quienes se vieron afectados por su trabajo pastoral lo calumniaban y recogían firmas para expulsarlo.
Un hombre enérgico
El Padre Iván era un hombre enérgico, activo e incansable. Cuando vino a Honduras se integro al primer equipo de evangelizacion de Olancho. Trabajó con los Delegados de la Celebración de la Palabra.
Siempre tuvo un especial inte¬rés por la familia. Por esta razón decidió estudiar y especializarse en este campo. Hi¬zo un estudio intenso en Ottawa, Canadá en la Universidad de San Pablo donde obtuvo su Master en Pastoral Familiar
Al regreso de sus estudios en 1974, se dedicó a la Pastoral Familiar. Cuando murió comenzaba con sus “labora¬torios conyugales” como él llamaba a los cursos que daba a parejas. Siendo él un hombre de oración, enseñó a sus feligreses a poner la oración en primer lugar, como él lo hacía. En términos muy claros rechazó las injusticias y por la justicia murió
No se queden dormidos, muévanse por alguna cosa importante en la vida. No basta criticar. Hay que hacer algo… No nos cansemos de buscar algún modo de progresar. Pienso que es muy triste quedarse uno estancado como ciertas aguas podridas a un lado del camino. Hay que progresar, no importa cuantos años tenemos, siempre se puede ir un poco mas adelante. Nunca hemos terminado
Ivan Betancourth
Carta a los cristianos de Catacamas
25 de junio de 1975 nunca se olvidará
Fuente: Vida Laboral Edic. # 20, Julio de 2005