El dirigente campesino Rafael Alegría precisó a Prensa Latina que las manifestaciones fueron multitudinarias en todas las ciudades del país y calculó los asistentes entre 3,5 y cuatro millones de personas.
Alegría, del Frente Nacional, apuntó que la gigantesca demostración en esta capital superó el medio millón de participantes, una de las mayores que recuerda el país, cálculo hecho también por la dirigente sindical Alba Maldonado.
Prensa Latina constató la monumental columna humana que abarrotó el Bulevar Morazán, una de las principales avenidas de Tegucigalpa, en medio de un fuerte dispositivo de tropas del ejército y varios cuerpos de la policía.
Cuando los primeros manifestantes llegaron al parque central, junto a la estatua del prócer independentista Francisco Morazán, a las 10:10 hora local, testigos dijeron que aún se encontraban saliendo los últimos manifestantes del punto de partida, al final del Bulevar Morazán.
Uno de los líderes de los gremios del magisterio, Eulogio Chávez, estimó que la marcha tuvo más de cuatro kilómetros de largo.
Los organizadores de la manifestación, pasadas las 11:00 hora local, decidieron iniciar el acto formal, aún cuando gran parte de las personas no pudieron llegar a la pequeña plaza, en el sector histórico de Tegucigalpa.
La esposa del presidente Manuel Zelaya, Xiomara Castro, la primera oradora, destacó que tras el golpe militar del 28 de junio pasado, el pueblo hondureño despertó y no detendrá su lucha hasta lograr una constituyente que le dé justicia, equidad y libertad.
Subrayó que la movilización no se detendrá con el retorno del orden constitucional y de Zelaya, sino hasta alcanzar una sociedad justa, diferente a la actual, donde 10 familias acaparan la riqueza de la nación.
Las transformaciones del país mediante una constituyente fue defendida también por los líderes de las centrales sindicales: Juan Barahona, Israel Salinas, Daniel Durón, Alba Maldonado y otros dirigentes del Frente.
En tanto, el gobierno de facto realizó una parada militar que terminó en el Estadio Nacional, que incluyó artillería y sobrevuelos de la capital por aviones de combate.
El Gobierno de facto de Honduras desplegó el martes aviones y soldados en un gesto de fuerza en un acto por el día de la independencia, mientras crecen las presiones internacionales y los partidarios del depuesto presidente Manuel Zelaya siguen con marchas en la capital.
A dos meses y medio del golpe de Estado que derrocó a Zelaya, el presidente de facto, Roberto Micheletti, dijo que sólo una invasión logrará que regrese al poder Zelaya, quien prometió estar de vuelta antes de finales de septiembre.
“Sólo que vengan aquí a invadirnos (se revertiría la situación), es la única forma”, dijo desafiante Micheletti al llegar a las celebraciones por el día de la independencia en el Estadio Nacional de Tegucigalpa.
“Por lo demás, pueden hacer lo que quieran, nosotros estamos firmes en nuestras posiciones y tenemos fe en Dios que esto después del 29 de noviembre se acaba”, agregó.
Zelaya dijo en una entrevista con Radio Globo que regresará a Honduras, pero no dijo cómo. “Les garantizo que antes del último día del mes septiembre estoy en Honduras, estoy en el poder. Sólo mi retorno garantiza que el país vuelva a retomar el camino de la democracia”, señaló.
A pocas cuadras del estadio, miles de partidarios de Zelaya exigían una vez más el retorno del presidente, muchos de ellos con banderas rojas e imágenes del líder revolucionario Ernesto “Che” Guevara.
“Si no vuelve Mel (Zelaya) aquí hay guerra civil. Este gobierno golpista tiene que salir, tenemos que volver a la democracia”, dijo Ángel Martínez, un estudiante universitario de 23 años.
Comun-Noticas
17 de Septiembre 2009