1.Ante la represión del gobierno usurpador y sus cómplices: la violencia militar y policial al servicio del Estado opresor, la desinformación en los medios masivos, la manipulación religiosa para someterse al orden legal de facto, el acoso laboral para formar las “marchas blancas”, y muchos más actos de lesa humanidad, gritamos ¡BASTA YA!
2.Los obreros, campesinos, amas de casa, estudiantes, maestros, oficinistas, comunicadores, ciudadanas y ciudadanos dignos todos vamos despertando a la desnuda realidad: los poderes constituidos del Estado (Ejecutivo, Legislativo, Judicial) y sus órganos e instituciones aliadas mienten, roban, matan para proteger sus intereses, sus posiciones de decisión, sus dineros, su prestigio.
3.No se trata sólo de un grupo de golpistas que han asaltado el Gobierno; se trata de las instituciones prevalecientes: las Fuerzas Armadas, la Corte Suprema, El Ministerio Público, La Contraloría General de la República, el Tribunal Supremo Electoral, el Comisionado de los Derechos Humanos, el COHEP, la ANDI, la Corporación Televicentro, la Jerarquía de la Iglesia Católica y Evangélica, y demás instancias que han demostrado estar al servicio de ellos mismos.
4.Las contradicciones en los argumentos y las actuaciones de los golpistas no son sólo “metidas de pata” de una clase política a la que se le está escapando el control de la situación; se trata de contradicciones más hondas, más históricas, consecuencias de las injustas desigualdades surgidas en la base del ordenamiento social: el ordenamiento económico que favorece privilegios de unos pocos, cuya dinámica acapara tierras, industrias, tecnología, fondos privados y públicos, y la fuerza de trabajo manual e intelectual para perseguir su principal propósito: acumular riqueza y concentrarla en pocas manos.
5.No se trata de una salida “negociada” a la crisis para retornar a la tranquilidad que se necesita para impulsar el desarrollo del país; se trata de decidir si de verdad estamos dispuestos a entregar nuestros destinos a los que se valen de “lo legal” o “lo populista” para gobernar a su provecho; o, por el contrario, si nos descubrimos sujetos de nuestra propia historia, de lo que nos identifica entre “nosotros” y nos diferencia de “ellos”. Si optamos por lo segundo, hallaremos que en realidad las fronteras políticas entre los países son cercos que separan a los pueblos, como si los territorios nacionales fueran inmensas haciendas alambradas puestas por quienes delimitan la vida y la constriñen.
6.Estamos a pasos de descubrir la gesta a la que estamos convocados: la Restitución del Poder no de un hombre, si no de un Pueblo a quien los Pueblos del mundo le han recordado que a bien se llama por quién es: EL SOBERANO.
7.¡RESISTENCIA Y ORGANIZACIÓN POPULAR!
San Pedro Sula, 09 de julio de 2009.
CU UNAH-VS
www.honduraslaboral.org