“He sido sometido a denuncias, panfletos, amenazas de personas con influencia que llegaron a tener un grupo para poder obviarme por el mecanismo de deshabilitarme ilegalmente”, asegura. Espinal, sostuvo que desde cuando asumió ese cargo tenía conciencia de los riesgos por el accionar de sectores involucrados con el crimen organizado y la trata y tráfico
de personas. Según Espinal, Migración y Extranjería es una institución postrada comparada con las de otros países del área, porque cuenta con sólo 280 empleados de la tercera edad y esta marcada con problemas de corrupción.