Hace casi cuatro años Alcoa instaló una planta en el Zip El Porvenir de El Progreso Yoro. Por ser una fábrica diferente a la tradicional maquila textil se creyó que las condiciones serían mejores para las obreras y obreros, pero la realidad ha resultado frustrante.
La instalación en Honduras coincidió con el cierre de plantas en México donde quedaron miles de obreros sin empleo. La diferencia de salario significaría para la empresa el ahorro de decenas de millones de dólares al año. En Honduras sólo pagan el 60 por ciento del salario que pagaban en México.
Aunque se trata de una empresa multimillonaria y que se ufana de su responsabilidad social empresarial, la explotación laboral resultó ser igual o peor que en la tradicional fabrica de camisetas, la diferencia es que ahora elaboraban sistemas de conducción eléctrica para costosos vehículos que circulan sobretodo en Estados Unidos y Europa.
Se violentan la ley en cuanto a jornadas de trabajo, se obliga hacer horas extras y no se pagan correctamente, hay una corrupción administrativa que afecta los empleados al hacerlos trabajar mas intenso, les roban pagos, no se respeta el derecho al reclamo y se reprime la organización sindical. Si Alcoa no respeta ni las normas de calidad a que está obligada con sus poderosos clientes, no se podría esperar que sea respetuoso con las humildes hombres y mujeres necesitados de un empleo para sobrevivir.
Ambiente laboral atenta contra la salud
Hasta se orinan y defecan en la ropa por restricción para ir al baño
En las maquilas es normal restringir los permisos para tomar agua e ir al baño. En la producción de arneses la situación es peor porque el operario no puede parar algunas máquinas y alguien tiene que sustituirlo momentáneamente, sin el permiso del team leader los trabajadores no pueden abandonar el puesto de trabajo. El problema se agrava cuando falta alguien de la línea y se asigna dos y hasta tres operaciones a una misma persona.
Les dan cinco minutos de permiso y si se pasa del tiempo les hacen un reporte.
Las consecuencias para la salud por aguantar ganas de hacer sus necesidades son enfermedades de diverso tipo.
Hubo una guardia de seguridad, Evelin, que les golpeaba la puerta del baño para que salieran rápido y a veces les abría la puerta y los sacaba hasta con sus prendas abajo.
En algunos casos la situación es crítica por la condición en que anda el trabajador.
Por ejemplo en abril de 2007, en la línea 086, turno B de noche, una trabajadora pedía permiso a la supervisora ingeniera Reyna López para ir al baño como a las ocho de la noche porque la cena le hizo daño, pero la ingeniera le dijo que no había quien la cubriera e ignoró sus ruegos. La obrera siguió produciendo, pero no pudo contenerse y se defecó en su ropa. Cuando fue al baño medio lavó el pantalón con el agua del tanque del servicio y así regresó a trabajar al puesto y se volvió a defecar.
Son muchos los casos de quienes se han orinado en sus ropas porque no los dejaron ir al baño.
Similar situación es cuando inesperadamente alguna mujer comienza a menstruar. Recientemente en junio de 2007, en la línea 712 como a las cinco de la tarde una obrera menstruó y manchó todo el pantalón. Pidió permiso al supervisor de calidad Alberto chirinos para irse para su casa, pero no se lo dio y la mandó a buscar un pantalón afuera del parque industrial. Como la operaria no tenía dinero tuvo que conseguirlo fiado y las compañeras le tuvieron que prestar para comprar calzón y toallas sanitarias porque estas ultimas no hay disponibles en la empresa y las vende una aseadora y en la cafetería
Los sanitarios en mal estado
Si se consigue permiso, hay que enfrentar el problema de hacer fila en los baños porque la mayoría no sirven. Hay siete baños para varones para la planta tres, que es la mas grande, y sólo dos están buenos y dos urinarios en mal estado. Hay 12 baños para mujeres, sólo tres buenos. Hay cuatro sin puertas, los llavines no sirven y hay que estar teniendo la puerta. Varias mujeres se han quedado encerradas en algunos baños que se traba la puerta y no tienen luz adentro.
La situación es igual en las otras tres plantas, no ponen papel higiénico y los baños hieden porque no le dan ni detergente y desinfectante a la aseadora.
Incluso para limpiar el área de trabajo, Claudia, Team Leader de la línea 409 grande, pidió contribución a los operarios para comprar cloro y desinfectante. En otras líneas hacen colectas para comprar escobas y hasta tenazas en el área de proceso.
La comida de sobra
La comida con frecuencia les hacía daño, estaba cargada de aceite reutilizado y servían en la noche los sobrantes del día. “A veces en la comida salen jates, cucarachas y cagadas de ratón, los jefes se dan cuenta de esta situación pero no les interesa la salud de los trabajadores”, se quejan los obreros.
Desmayados por el calor
En planta 1 y 2 los aires acondicionados funcionan con regularidad. Pero en la planta 3 se arruinaron desde hace casi un año y no los han reparado, los de la empresa dicen que eso le corresponde a los dueños de los edificios. En planta 4 definitivamente no hay aire acondicionado, sólo ventiladores.
En verano la temperatura en El Progreso es normal entre 36 y 40 grados centígrados. Este año en marzo era tanta el calor en la planta 03 que en la línea 086, como a las seis de la tarde, una señora se desmayó, la llevaron a la clínica, esperaron que se reanimara y volvió al puesto. Los desmayados ya son “normales” en Alcoa.
Accidentes de trabajo
Los accidentes de trabajo son frecuentes dentro de la planta de AFL pero los mismos no son reportados. Las situaciones de riesgo son permanentes y poco se hace nada al respecto. La Comisión de Higiene y Seguridad sólo sirve para dar charlas sobre normas que ellos toleran que se violen. Levantan reportes por actitudes negativas de los obreros, pero no procuran los cambios sobre las irresponsabilidades de la empresa.
A los materialistas se les hace trasladar pesadas cargas de una planta a otra hasta quinientos metros, con riesgo de lesionarse; porque no está disponible el transporte adecuado. En invierno les toca ir bajo la lluvia.
A algunos las maquinas de proceso les han prensado sus dedos. A otros se los ha herido cuando de madrugada por el cansancio se duermen laborando en las maquinas.
Aunque falten cinco o siete operadores materialistas, a los demás les toca hacer las otras operaciones y cumplir las metas. Esa presión lleva a correr más riesgos.
El médico de empresa sólo está en la jornada del día. Por la noche en Alcoa no hay médico, sólo una enfermera auxiliar. Los obreros no pueden ir directamente a las clínicas del Seguro Social, sino que tienen que ser remitidos desde la clínica del parque que está a cinco kilómetros. Las hojas de vigencia del Seguro Social no las entregan a tiempo y sin ellas no les dan atención. Cuando van al Seguro les deducen el día y el séptimo.
En la clínica de la fábrica hay poca existencia de medicamentos y en la mayoría de los casos lo único que ofrecen es acetaminofen, en otras ocasiones inyectan a las personas y las mandan a trabajar sin importar el tipo de enfermedad. Es raro que se de una incapacidad.
Transporte
AFL Honduras no cumple con el artículo 42 del Código de Trabajo de dar el transporte a las personas que viven a más de 2 kilómetros del centro de Trabajo.
La situación se vuelve mas complicada cuando salen del turno de noche porque el parque industrial está en una zona deshabitada y no hay ningún servicio de transporte. La empresa ni siquiera facilita que lleguen los buses, aunque los paguen los trabajadores, sino que los obreros tienen que buscar por su cuenta quien los traslada.
Los microbuses que contratan los obreros han sido asaltados en varias ocasiones. A los trabajadores los dejan lejos de sus casas, hay quien camina hasta un kilómetro. De madrugada y en una ciudad con tanta inseguridad esto es una amenaza para su integridad física y sus vidas, Alcoa ni se entera de todas las personas que han sido asaltadas.
Castigos por preguntar
Las amonestaciones pueden ser por tardarse más de 5 minutos en el baño o llegar cinco minutos tarde; pero también por reclamar o preguntar.
En cierta ocasión a la obrera Reina Rodríguez la mandaron a la sala de capacitación, por la importancia del tema, cuando terminó la charla ella se quedó para hacerle unas preguntas al instructor, su demora provocó molestias en el team leader Jorge Bonilla, que le hizo un reporte argumentando abandono de trabajo. Aunque ella se negó a firmar la amonestación él le manifestó que con su firma y la del supervisor Adiel Castellanos, bastaría.
Dos materialistas que en una reunión con los jefes reclamaron porque les estaban robando en los pagos, en el mismo momento los llamaron a personal y los despidieron.
La “proyección social” a costillas de los obreros
El Proyecto Bravo es parte de la llamada proyección social de la empresa AFL Honduras. Han hecho donaciones ha centros educativos o de beneficencia de hasta 3 mil dólares.
Las placas aparecen como una acción de Alcoa y a ellos dan el reconocimiento las instituciones. Pero los proyectos recaen sobre los mismos obreros que fuera de sus turnos deben hacer 50 horas de servicio social que no son pagados a él, si no que suman 250 dólares para la institución beneficiaria.
La “conciencia ambientalista” de Alcoa atropella a sus empleados. Hay compañeros que después de laborar catorce horas durante la noche, han salido directamente a sembrar arbolitos todo el día y a cambio han recibido nada más un pequeño pan con carne por almuerzo.
La participación en las actividades de “proyección social” se dice que es voluntaria, sin embargo quienes se han negado a participar han sentido que se ha tomado represalias veladas contra ellos.
AFL ha dado ayuda a instituciones, incluyendo una guardería de una iglesia, sin embargo nunca ha hecho nada para cumplir con el Artículo 142 del Código de Trabajo que establece que “Todo patrono que tenga a su servicio más de veinte trabajadores queda obligado a acondicionar un local a propósito para que las madres alimenten sin peligro a sus hijos menores de tres (3) años y para que puedan dejarlos allí durante las horas de trabajo, bajo el cuidado de una persona idónea designada y pagada por aquél”.
De acuerdo con la Ley de Oportunidades para la Mujer las guarderías deben cubrir a niños hasta los siete años.
Las trabajadoras de Alcoa pagan hasta 250 lempiras a la semana porque le cuiden un niño o niña. La responsabilidad social debe empezar con los mismos trabajadores de la empresa, si no hace las guarderías, debería reconocer ese gasto; aún están a tiempo de hacerlo, con las despedidas y con quienes siguen laborando.
¿Porque en lugar de hacer donaciones Alcoa no hace su propia guardería?.