* La Policía no pudo con ellos*
Luego de 36 horas de protesta en la carretera internacional que une a Honduras con Guatemala y El Salvador, autoridades del gobierno y dirigentes del Patronato Regional de Occidente (PRO), lograron acuerdos para poner fin a la manifestación donde participaron más de cinco mil pobladores provenientes de 250 comunidades de los departamentos de Santa Bárbara y Copán que reclaman la construcción de obras sociales.
Hace más de un año que el gobierno de Manuel Zelaya, estableció compromisos con el PRO para la construcción de 483 proyectos que beneficiarían a más de 180.000 habitantes con agua potable, centros de salud, alcantarillado sanitario, escuelas, carreteras, electricidad, puentes y teléfonos. Nunca hubo respuestas concretas y en varias ocasiones dejaron plantadas a las comisiones que viajaban a Tegucigalpa.
La situación ha provocado que los pobladores de la regiòn hayan perdido la confianza en las autoridades y realicen medidas de presión, para que el gobierno cumpla con sus obligaciones y de esa manera mejorar sus condiciones de vida.
Movilización
Era la madrugada del lunes 26 de marzo, cuando miles de pobladores de las 250 comunidades que conforman el PRO, saltaron a la carretera internacional para detener el tráfico y presionar a las autoridades gubernamentales a negociar el inicio de los proyectos. Un contingente se apostó a la altura de la aldea La Flecha, en el kilómetro 65 y unos 25 kilómetros adelante se concentraron la mayoría en la aldea 6 de mayo.
Decenas de rastras, camiones y autobuses fueron atravesados en la carretera para impedir el tráfico vehicular y a las pocas horas se podían observar centenares de vehículos colocados a uno y otro lado. Las fuerzas represivas del Estado llegaron desde temprano listas para actuar contra los manifestantes, pero no aparecían los funcionarios para negociar.
En la mañana se anunció que llegaría el Ministro de Soptravi, Rosario Bonano, para iniciar las pláticas. Pero ni siquiera llegó hasta donde estaban los manifestantes para dialogar con ellos y se quedó en Quimistán, a 15 kilómetros. Sólo mandó el mensaje solicitando que desalojaran la carretera y que ofrecía una cita en Tegucigalpa para quince días después.
Napoleón Nazzar, Comisionado de la Policía Nacional en San Pedro Sula, llegó a las cuatro de la tarde, a la colonia Seis de Mayo para exigirle a la dirigencia del PRO el desalojo de la carretera, ofreciendo conseguir una cita con las autoridades. Los manifestantes concientes de sus necesidades argumentaron estar dispuestos a todo, para lograr sus beneficios sociales.
Desalojo
Una hora después de que el Comisario Nazzar se fue de la toma en 6 de mayo, centenares de policías y miembros del Ejército llegaron a La Flecha, Santa Bárbara, quienes con una tanqueta de agua, armas de guerra, munición, toletes, cascos y escudos, comenzaron a reprimir a los manifestantes.
Eran las seis de la tarde y los antimotines comenzaron a rociar agua con la tanqueta, lanzaron gases lacrimógenos e iniciaron la represión. Los manifestantes armados con palos y piedras se resistieron. Los buses y rastras atravesados les protegieron de los chorros de agua e impidieron que la tanqueta avanzara. El gas lacrimógeno hizo retroceder a los pobladores pero no se quitaron de la carretera. Muchas de las bombas fueron devueltas a la policía.
La operación policial tenía que romper el retén ubicado en La Flecha para llegar al que se había instalado en la colonia Seis de Mayo.
En la Flecha la lucha se prolongó por más de cuatro horas. Después de una hora de enfrentamientos a pedradas y avances y retroceso de la policía, les llegaron refuerzos de los militares. Los manifestantes retrocedieron como un kilómetro hasta el otro lado de la aldea al disparar los policías sus fusiles y pistolas. Pero siempre sobre la calle.
Mientras la policía retrocedía a un grupo de pobladores otros se tomaron nuevamente el punto donde estaban atravesados los vehículos. Tuvieron que regresar e iniciar nuevamente el desalojo, esta vez más violento y disparando contra las personas, perdigones y bala viva.
Algunos manifestantes fueron alcanzados por la policía siendo salvajemente golpeados con los toletes y a patadas. Algunos fueron capturados y continuaron siendo golpeados aún cuando los tenían amarrados con los cordones de sus zapatos. Se pudo observar la sangre que corría por los rostros de muchos jóvenes, ancianos y periodistas, en la operación no hubo piedad para nadie. Pero los pobladores huían por las calles adyacentes y luego volvían a la carretera y provocaban el repliegue de la policía.
Iniciaron entonces una cacería humana por los caminos, hasta 500 metros fuera de la carretera. Los policías irrumpieron violentamente en viviendas y golpearon sin preguntar nada a las personas que se encontraban en el interior. Varias casas muestran disparos en sus paredes externas y dentro de las mismas. Al siguiente día los vecinos mostraban los casquillos de las balas disparadas.
Entre las personas agredidas se cuenta una anciana de 80 años, varias mujeres y jóvenes que no participaban en la protesta. Los disparos se prolongaron por casi una hora.
“Hemos disparado, pero sólo de advertencia, no para causar daños”, declaró el alto comisionado de la Policía, Napoleón Nazzar. Sin embargo, tres pobladores resultaron con heridas de bala en piernas y brazos, incluido el menor de edad Wilmer Alexander Perdomo.
En la maniobra fueron detenidos 17 protestantes y a pesar de que varios estaban heridos, fueron recluidos en las celdas policiales y los llevaron a atención médica hasta que al dia siguiente lo exigieron los familiares. También resultaron golpeados unos cinco policías, que fueron trasladados a una clínica privada de San Pedro Sula.
Igualmente, los policías golpearon al camarógrafo del noticiero internacional de Telemundo, Claudio Escalón. El corresponsal de Radio Progreso, Juan Ramírez, fue perseguido y sacado por la fuerza de una iglesia evangélica, donde se refugiaba junto al dirigente del PRO, Oscar Mendoza.
En total fueron unas 80 personas golpeadas, tres de ellos heridos de bala y 9 con heridas debido a los golpes.
El bloqueo de La Flecha fue despejado hasta el filo de la media noche, utilizando una grúa para quitar los vehículos atravesados que les habían ponchado las llantas. Unos 500 metros adelante del punto despejado, los pobladores tenían una barricada donde quemaron madera y neumáticos, lo cual retrasó una media hora más la habilitación de la vía, mientras la policía removía los obstáculos prendidos.
Una larga fila de furgones avanzó, pero apenas unos 15 kilómetros hasta donde iniciaba la cola de los que no podían atravesar el retén de la Seis de Mayo que se mantuvo hasta el final, firmes en su propósito. La policía no se atrevió a desalojar el segundo bloqueo.
Acuerdos
El martes al mediodía, llegó en helicóptero a la aldea Sula, el Ministro de Seguridad, Alvaro Romero y se reunió con la dirigencia del PRO. Después de cinco horas de pláticas se acordó una fecha para reunirse con el Ministro de la Presidencia, Yani Rosenthal, como coordinador de la comisión de seguimiento por parte del gobierno.
Asimismo se estableció el compromiso de sostener una reunión entre la Comisión negociadora del PRO y la Unidad Técnica del Ministerio de la Presidencia, donde participen el Ministro de Soptravi, Rosario Bonano; el Ministro del Fondo Hondureño de Inversión Social, César Salgado y el viceministro de Finanzas, José Antonio Borjas.
De igual manera el gobierno se comprometió a dejar libres a las personas capturadas y a no tomar represalias en contra de los manifestantes.
A las cinco de la tarde la dirigencia del PRO informó a las bases sobre el resultado de la negociación, media hora después el paso vehicular quedó habilitado.