En Concepción del Sur, un pequeño pueblo escondido en el de departamento de Santa Bárbara se ha instalado la fábrica maquiladora C and K Apparel que hace sub. Contratos para varias empresas grandes como Sara Lee y J.E. Morgan, instaladas en los parques industriales de Villanueva.
Los vecinos del municipio lo han visto como un gran beneficio porque trescientas personas han encontrado trabajo. Allí se vive de la producción del café y muchos han preferido dejar perder sus fincas por el bajo precio en que cayó el grano en años anteriores, lo cual ha aumentado el desempleo.
También vienen a C and K Apparel personas de Ceguaca, un municipio vecino, y Gualjoco, un barrio en la cabecera departamental de Santa Bárbara. Ellas se trasladan en dos buses contratados por la empresa.
Concepción es totalmente rural. Para llegar hay que tomar el desvío de Pito Solo, en las cercanías del Lago de Yojoa, y después de unos 30 kilómetros tomaron otro desvió y subir unos cinco kilómetros por una carretera de tierra.
Según empleados de confianza de la empresa, fábricas como la de Concepción se instalaron en otros tres municipios cercanos como Zacapa y Taulabé. Esta última asegura que cerró por mala administración.
En la fábrica C and K Apparel confeccionan camisetas y calzoncillos para las marcas Hanes y Champion, y tiene cinco años de operar en esa zona.
Se aprovechan de la necesidad
Evangelina Argueta, dirigenta de la Central General de Trabajadores (CGT), denunció que C and K Apparel ha cometido muchas irregularidades como contratar menores de entre 15 y 17 años sin la debida autorización, la falta de pago de salarios, no pago por tiempo extra y negativa a entregar el bono escolar. Tampoco se facilita transporte y alimentación cuando los obreros laboran horas extras.
Argueta dijo que los obreros laboran en hacinamiento y en un lugar sin ventilación. No hay médico, enfermera o medicinas para primeros auxilios.
Las obreras denunciaron que no les atienden las incapacidades médicas y no se respetan las maternidades y aseguraron que hay maltrato verbal de parte de los mandos superiores.
Las denuncias fueron avaladas por el alcalde municipal Rosendo Muñoz, quien aseguró que los salarios se retrasan hasta tres y cuatro semanas. La Inspectoría del Trabajo levantó un acta donde se constatan nada más parte de las denuncias.
Según Evangelina Argueta, el gerente de recursos humanos, al saber de las denuncias expresó ante ella que “al que no le guste esta manera de trabajar, puede irse y trabajar en el monte”.
“Estas maquilas en lugares apartados se aprovechan de la gran necesidad que tiene la gente de un empleo, abusan de los trabajadores porque saben que desconocen las leyes”, dijo Evangelina.
¿Por qué menores de edad?
Según el encargado de mantenimiento de C and K Apparel, con quien se dialogó, fueron los estudiantes del colegio local los que solicitaron un espacio para poder trabajar en la jornada contraria a su jornada de estudio.
Según su criterio a los estudiantes les iba bien porque entraban a las 2 de la tarde y les pagaban 10 lempiras la hora, y si ellos hacían la producción además podían llegar a ganarse un bono de hasta 500 lempiras a la semana.
En total eran unos treinta estudiantes, todos menores de edad, los que laboraban empacando las prendas en jornadas similares a los demás empleados, pero no eran considerados empleados permanentes y por lo tanto no tenían los beneficios de vacaciones, aguinaldos y prestaciones entre otros. Todos fueron despedidos.
“Eso es un pleito personal entre el alcalde y el gerente de la empresa”, aseguró el empleado de confianza.
Un vecino del lugar informó que “Han despedido a varios y no les han pagado los derechos, la empresa está cerrando por falta de trabajo, pero un gringo al que llaman Mr. Kim ha prometido conseguirles más contratos”.
Varias trasnacionales de la confección, incluyendo Sara Lee, están cerrando pequeñas fábricas en diversos países y concentrando su producción en grandes planteles industriales. C and K Apparel puede ser otra golondrina que alce el vuelo de Concepción del Sur, es lo normal. Quedarán los recuerdos, las deudas contraídas bajo la esperanza de un salario fijo y las muchas personas enfermas.