Una operaria de la fabrica Productos San José ubicada en Zip San José de San Pedro Sula renunció a su empleo por no sentirse bien en su puesto asignado y los jefes no atendieron su solicitud de traslado otro puesto de trabajo.
A casi dos meses de su separación, la empresa de capital norteamericano todavía no cumple con su obligación de pagarle los derechos adquiridos que por ley le corresponden: décimo cuarto y décimo tercer mes de salario proporcional y las vacaciones que tenga pendientes.
La obrera, que por temor a represalias pidió no revelar su nombre, hacía costura de ruedo de camisetas, actividad que no le agradaba debido a que la meta de producción es de 21 docenas por hora, la cual muchas veces no alcanzaba cumplir, expresó.