También fueron destruidas seis aulas de clases, tres iglesias, tres proyectos de engorde de pollos, un centro comunal al igual que varias otras facilidades productivas del grupo y los cultivos de próxima cosecha; todo con retroexcavadora, el tractor del grupo fue confiscado. Los niños perderán otro periodo escolar debido a la destrucción de las escuelas y el trauma que un desalojo significa para ellos.
Doce campesinos fueron llevados a Tocoa y liberados posteriormente, mientras que varias mujeres abortaron durante el desalojo que duro entre las 12 del mediodía hasta las 9 de la noche. Hay otros 13 campesinos con órdenes de captura, mientras tanto las redes de solidaridad anuncian que el viernes 1 de julio dos campesinos del mismo grupo fueron arrestados. Carlos Sandoval aún se encuentra detenido y las autoridades no dan información de porque esta detenido.
En las tierras de Rigores recuperadas en 2001, viven más o menos 500 personas en total, que ahora se encuentran durmiendo en casas de amigos y sobreviven con ayuda de la comunidad según reportan representantes del grupo.
Los militares y la policía llegaron “fuertemente armados, amenazantes e intimidando la dignidad de los campesinos” dijo uno de los miembros del grupo.
El grupo ha sufrido 5 desalojos a lo largo de 11 años, este último ejecutado por el Juez Ever Isael Lopez Oseguera en causa demanda por Erick Rivera, presunto dueño de las tierras que al estar “incultas” fueron recuperadas por el grupo de acuerdo a la ley hondureña.
Los campesinos, en su mayoría miembros de la CNTC, hicieron un llamado a la comunidad nacional e internacional para que se pronuncien en solidaridad.