Las manifestaciones de inseguridad en el país también abarcar a los oficia¬les y agentes encargados de brindar la seguridad; por ello también la exigencia de depurar a este ente gubernamental.
A través de los años la Policía Nacional ha sido un ente que ha estado más encargado de la seguridad del sector empresarial y gubernamental, descuidando por otro lado al resto de la población. Sin embargo los oficiales elementos policiales también han prestado al juego de la corrupción y del crimen organizado.
La Policía huele a pudrición. La población teme denunciar a los malhechores porque son ellos mismo quienes están ahí. Hoy la sociedad reclama el retorno de una verdadera seguridad estatal, justa y pareja. Denuncias que se han visto en contra de los afectados por la inseguridad, inmediatamente se han tornado en contra de los mismos ciudadanos que exponen las quejas en las diferentes postas del país.
Por eso, entre 1998 y 2002, el entonces ministro de Seguridad, Gautama Buda Fonseca, inició un proceso de depuración de la Policía, donde se desnudó a varios oficiales y elementos familiarizados con la actividad criminal. El año pasado el Comisionado Nacional de los Derechos Humanos, Ramón Custodio, aseguró que una de las primeras acciones del Consejo Nacional de Seguridad Interior, Conasin, sería iniciar otro proceso de depuración en la Policía, nominar a los candidatos a ocupar las direcciones generales y establecer estrategias de seguri¬dad pública. Hasta la fecha no se sabe mucho de esa depuración por eso todas las organizaciones obreras, populares y comunitarias nuevamente exigen la depuración del ente policial.