Aunque pretendían irse sin cumplir con sus obligaciones como patronos, los jefes de la fábrica Everly fueron sorprendidos por la acción de los y las trabajadoras, quienes el pasado 15 de septiembre se tomaron el portón del parque Zip Búfalo para impedir el paso de un par de contenedores llenos de maquinarias de esta empresa.
Los obreros y obreras les resulto extraño que contrario a otros años y mientras en otras empresas del mismo parque laborarían el feriado del 15 de septiembre, a ellos les fue notificado que descansarían ese día y el siguiente, un sábado. Y además un día antes despojaron a los mecánicos de sus herramientas, de esta manera se alertaron.
Unos 200 trabajadores acudieron a la entrada del ZIP Bufalo el feriado y se percataron que personal de otra empresa se había encargado de cargar maquinas a unos furgones. En la empresa permanecían la jefa de personal, Lesly Zambrano, el gerente de producción, Terencio Wong. Durante toda la mañana permanecieron en las afueras, sin que se les prestara ninguna atención, fue hasta que los obreras se apostaron en los portones e impidieran la entrada de unos furgones que se atendió a una representación de cinco trabajadores.
Sin embargo no conformes con la información que brindara la empresa , un grupo de obreras aprovecho a entrar al parque una vez que abrieron los portones para el ingreso de unos vehículos. En se momento se produjo un forcejeo, empujones y golpes de los guardias de seguridad y la policía preventiva contra el grupo de manifestantes angustiados ante la amenaza de perder sus prestaciones, muchos de ellos con 11 años de laborar en Everly.
Ante el aviso de la acción de las trabajadoras/es, de inmediato salieron huyendo por otra salida el gerente de producción y demás personal. Al parque acudió el apoderado legal del parque ZIP Búfalo y un oficial de la policía para intentar buscar una arreglo al problema. Convinieron que todo el fin de semana un grupo de obreros permanecerían en los portones de la empresa resguardando la maquinaria.
El día lunes por área de trabajo fueron reunidos las obreras y les informaron del cierre de la empresa. El inspector de Trabajo Rigoberto Zelaya dio fe del compromiso de los patrones de liquidar las prestaciones a todos.
Así se logró que unos 900 trabajadores quedaran burlados por los filipinos propietarios de Everly.
Por 11 años funcionó Everly en Honduras, hasta el 2005 se denominó Charming Garments, tenia dos plantas que fueron fusionadas. Confeccionaba ropa para las marcas Dillar, Polo, laboraron instructores filipinos y panameños de conocido mal comportamiento contra los obreros. Se rumora que se traslada a Nicaragua.