Sin embargo, por temor a perder su empleo, y ante el rechazo de los empresarios “a todo lo que huela a organización sindical”, esta labor de información se hace casi en la clandestinidad, en las casas de las empleadas.
“Por lo menos ya no permitimos que nos griten o nos carguen carrilla para corrernos con cualquier pretexto o despedir a alguna embarazada. Poco a poco, en cadena, se corre la voz de que hay leyes que los patrones deben cumplir. Hasta ahora no tenemos capacidad de presión para un cambio, pero estamos en la lucha”, señalaron integrantes de la Red por la Dignificación de las Trabajadoras de la Maquila.
Las coordinadoras de esta red surgieron de movimientos urbanos y feministas locales formados en los ochenta, y ahora tratan de “multiplicarse” desde las maquiladoras de manera casi anónima. “Nunca pedimos ni damos los nombres de las empresas en que trabajamos porque a la primera que nos sorprendan distribuyendo información, vamos pa’ fuera, lo sabemos”. Su estrategia es en apariencia sencilla: capacitar a obreras en seguridad e higiene en el trabajo y derechos laborales y reproductivos y convertirlas en poco tiempo en “promotoras” en la propia línea de producción.
Así avanzan en su cometido grupos como Factor X, con sede en Tijuana; Servicio Desarrollo y Paz, en Coahuila y DF; Apoyo a la Mujer Trabajadora, en Coahuila, y Centro de Solidaridad Obrera, en Ciudad Juárez, Chihuahua. Algunas de estas organizaciones son auspiciadas por sindicatos, particularmente canadienses, y por organismos civiles y religiosos de EU.
Reina Montero Cortés, coordinadora de Factor X, explica el origen de los grupos solidarios dirigidos hacia las mujeres: “desde la creación de comités de colonos aquí en Tijuana, percibimos que toda la problemática de violencia, hostigamiento sexual y falta de respeto e información de los derechos reproductivos convergían en la maquila”.
Se trata, dijo, de una industria que aún opera en condiciones “terribles”, exponiendo a los obreros a químicos como thiner, isleño, benceno, tolueno y plomo sin protección adecuada, lo que ocasiona desde trastornos menstruales hasta cáncer o la muerte.
Según las autoridades federales del Trabajo se realizan miles de inspecciones en la maquila y en general en esta industria hay incumplimiento de la ley. ¿Cuál es su opinión al respecto?
Todo es relativo, tan sólo en Tijuana hay cientos de maquilas que envían reportes a la Secretaría del Trabajo, pero ahí el patrón puede poner lo que se le dé la gana, ¿o no? Además, se les informa la fecha en que acudirá algún supervisor, y es cosa de todos los días que maquillen todo para que la autoridad no se percate de las anomalías.
Los empresarios del ramo afirman que sus empleos son de calidad y que pagan más de 2 veces el salario mínimo. ¿Es verdad?
Claro que pagan 2 o 3 veces el salario mínimo, aquí equivale a ganar entre 400 y 500 pesos semanales por más de ocho horas de jornada. Incluso algunos, los menos, alcanzan hasta mil pesos a la semana doblando turno, trabajando en la madrugada, con mutilaciones, esterilidad, males incurables. ¡Claro que pagan eso!, pero a un ritmo de sobreexplotación y cumpliendo al cien por ciento con puntualidad y asistencia para alcanzar bono extra por productividad. Todo eso con un pago muy por debajo al de los mismos patrones en Estados Unidos.
La nuestra es una triple lucha: con los sindicatos charros fantasmas, con el gobierno que sólo obedece a transnacionales y con la resistencia de empresarios a cumplir la ley. Aquí el poder es demasiado grande, pero vamos avanzando, señaló.
En torno a la CJM participan más de cien organizaciones sindicales, religiosas y comunitarias que desde 1989 construyen un frente colectivo de resistencia ante “la explotación, amenazas y violencia” en la maquila, industria que tan sólo en nuestro país ocupa a 1.2 millones de personas en más de 3 mil 436 establecimientos.
Para la CJM esta es una problemática que afecta a mujeres, jóvenes y migrantes, así como al medio ambiente, derechos humanos y laborales, salud ocupacional y movimientos populares. No se puede hablar de la maquila, agrega, sin mencionar el TLC, causa principal de que cientos de corporaciones se desplacen a países como México en busca de mano de obra barata.
Extracto Tomado de La Jornada, México
Por Fabiola Martínez
Fuente: Vida Laboral Edic. # 6. Dic. de 2001