“Como revolucionario estaré hoy, mañana y siempre en las filas de mi pueblo, aun estando consciente que se nos podría ir la vida “.
Tomás era un hombre audaz y que rayaba en la temeridad. Tenía actitudes para tomar decisiones en momentos difíciles, un hombre que siempre estaba allí, era exigente en la disciplina, en el estudio; uno sentía que tenía un compañero que podría responder y confiar, le hacia sentir que uno era importante para avanzar y estaba convencido que podíamos construir un país con un destino mejor, pero mediante estudio y disciplina, así describe Rosario Roiz al compañero de luchas, Tomás Nativí.
Imborrables recuerdos que permanecen a 25 años de su desaparecimiento aquella fatídica noche del 11 de junio de 1981. Su obra y pensamiento perdura entre quienes lo conocieron y lo vieron destacarse como un inclaudicable dirigente popular. Tomás fue secuestrado y desaparecido junto a su compañero Fidel Martínez.
Tomas nació el 6 de junio de 1947, en el hospital de la Tela Railroad Company, en la ciudad de Tela, pero fue asentado en El Progreso, Yoro, ya que su padre fue trabajador de esa compañía por más de veinticinco años en el campo bananero Los Indios donde curso su primer grado. Completando el nivel escolar en la Escuela Pedro P. Amaya, en la ciudad de El Progreso, Yoro.
Realizó sus primeros tres años de ciclo comun en el colegio Melvin Jones (ya no existe), de esta misma ciudad, durante ese tiempo trabajó en una tienda de zapatos, siendo a la vez contratado por varias escuelas para el llenado de diplomas con letra gótica. En el año 1965 se traslado a Tegucigalpa para continuar estudios en la Escuela Normal de Varones Pedro Nufio, donde se graduó de maestros de Educación Primaria en 1967.
A finales de ese mismo año, regresó a El Progreso, de donde se trasladó a trabajar a la Finca 11, sector de Guanchias, como Timer Kipper ( tomador de tiempo) en la Compañía Agrícola y Ganadera de Sula, S.A ( CAGSSA), luego fue ascendido a Contador General y por último Administrador General de esa compañía. En 1970 surge un conflicto laboral entre la compañía y varios trabajadores, paralelamente se da otro conflicto entre esa compañía y los maestros(as) de la escuela de esa finca bananera; como administrador de la empresa y personal de confianza de la misma, se suponía que debía despedirlos, no obstante abogo por ellos poniéndose de su parte y enfrentándose al Consejo de Administración del complejo bananero, que sus mayores accionistas era la familia Echeverri, de su origen colombiano, optando por despedirlos.
El hecho de haber crecido en las fincas bananeras, le permitió conocer desigualdades e injusticias y explotación de los obreros agrícolas por parte de la compañía bananera, a pesar que su padre era un empleado de confianza de la Tela Railroad Company, pese a eso influyo mas las desigualdades que observaba, comenzando a formarse una conciencia critica de la realidad de ese momento y de los venideros.
En 1970 se traslada a Tegucigalpa, para iniciar estudios de medicina, los que, cambio por la carrera de derecho.
Se casó por primera vez en 1970, con Alicia Pineda Cervantes, con quien procreó 2 hijos, Karla Patricia y Tomás Nativí Pineda. En 1980 se casa con Berta Oliva Guifarro, quien al momento del desaparecimiento de Tomás contaba con cuatro meses de embarazo de su hijo Tomás Alberto Nativí Oliva.
Sus padres fueron: Mercedes Nativí Escobar, de madre salvadoreña y padre de origen portugués y Mercedes del Carmen Gálvez Mejía, de Manto Olancho.
Sus hermanos: María Herminia, María de los Ángeles, María Cecilia, José Santos y Mélida, todos de apellidos Nativí Gálvez.
Para sus hermanas y hermanos, sobrinos y sobrinas, fue un ser amoroso, orientador, conductor, protector y excelente ejemplo de amor a sus semejantes.
Su militancia revolucionaria
Fue uno de los fundadores de la FESE (Federación de Estudiantes de Segunda Enseñanza) a nivel de secundaria y del FES (Frente Estudiantil Socialista) a nivel de universitario.
Tomás perteneció al Partido Comunista de Honduras, fue miembro de su Comisión Política y Secretario de Organización. Era partidario de un movimiento amplio de masas dentro del Partido y al no poder desarrollarlo a lo interno, opto por abandonarlo y fundar la Unión Revolucionaria del Pueblo.
25 años han transcurrido del secuestro y desaparecimiento de Tomás y Fidel Martínez y aún se desconoce el paradero de sus cuerpos.
Así se refiere Berta Oliva “Tomás, el hombre revolucionario de ayer, de hoy y de siempre. El hombre que soñó con niños con techo, pan y escuela… un día tus sueños y los míos se concretizarán, pero por ahora nuestro país sigue siendo una república alquilada y yo le agrego… una república usada”.