A quince meses de ocurrido un incendio que consumió una parte de las instalaciones de Textiles de Honduras (TEXHONSA), alrededor de 130 trabajadores suspendidos de esa empresa sobreviven en una profunda y creciente crisis.
Los trabajadores y trabajadoras, que en su mayoría no cuentan con otro empleo, atraviesan por situaciones verdaderamente difíciles debido a la suspensión laboral solicitada por la empresa ante las autoridades de trabajo y extendida en varias ocasiones por períodos de 120 días, debido a eso, no han logrado que se les cancelen sus prestaciones laborales.
El incendio ocurrió en la madrugada del día del amor y la amistad. “Cuando nosotros llegamos al turno de 8:00 a 5:00 encontramos que había un montón de bomberos; ese día completaba yo 22 años de laborar en la fábrica” dijo uno de los trabajadores en suspensión laboral, y además cuenta que su último salario lo recibieron a finales del mes de enero del año 2000.
La mayor parte de los trabajadores suspendidos tienen mucha antigüedad laboral, algunos casi treinta años de trabajar en esa fábrica y después de tantos años de servicio consideran una injusticia el hecho de que la empresa no busque alternativas de solución al problema.
Los patronos ya tienen nueva empresa
Los propietarios de TEXHONSA, la familia Kattán, esperan la indemnización de la aseguradora para efectuar el pago de las prestaciones a sus trabajadores.
Sin embargo, los trabajadores temen que TEXHONSA haya cambiado su nombre y los deje burlados en la espera de sus prestaciones laborales pues según ellos, surgió una empresa llamada Filamentos Nacionales en la cual aparecen como arrendatarios los mismos empresarios de TEXHONSA: Héctor Kattán, Jaime Daniel Kattán, Héctor Eduardo Kattán, José Kattán, Norma Facussé de Kattán y el gobernador político de Cortés, Eloy Page.
“Para nosotros los trabajadores, la situación es pésima, las mujeres que laborábamos en la empresa para sobrevivir nos dedicamos a lavar ropa, a planchar, vender golosinas para poder mantener a la familia, no podemos ni buscar trabajo por estar pendientes de la resolución del Ministerio de Trabajo”, señala una de las trabajadoras de la empresa.
Hemos visitado en varias ocasiones las oficinas del CODEH y otras organizaciones en busca de apoyo pero no es fácil, hemos hecho un mitin para ver si los medios de comunicación nos apoyan en la búsqueda de solución al problema, pero no logramos el apoyo suficiente y después de un día, el asunto parece que se olvida, advierte el presidente del sindicato de los trabajadores, Pedro Gómez.
En una de esas visitas al CODEH, los trabajadores manifestaron su preocupación por que perdieron desde hace mucho tiempo el derecho a ser atendidos en el seguro social. Después del incendio de la fábrica murió uno de sus compañeros, Wilfredo Jiménez (QEPD), en el hospital Mario Catarino Rivas. Por otra parte, no ha habido jubilaciones para los compañeros de la tercera edad y que llevan muchos años de laborar en la empresa.
Entre las personas que llevan años de laborar para Textiles de Honduras y que actualmente se encuentran sin protección de ninguna naturaleza y suspendidos de sus labores después del incendio
Por: Julio C. Pineda
Fuente: Vida Laboral Edic. # 5. Abril de 2001