Un amargo año nuevo pasaron obreras de Prima Industries

En las mesas de más de 175 familias de obreras la pasada navidad no hubo alegría ni suficientes alimentos, porque la empresa coreana Prima Industries volvió a repetir la misma historia de otras empresas asiáticas, que en 200Í, en La Lima y otras localidades; se robaron el dinero de sus prestaciones laborales.
El pasado 14 de diciembre, la fábrica que operaba en la Zona Libre Real, en la ciudad de Choloma, Cortés, cerró definitivamente dejando a sus obreros y obreras sin pagarles sus derechos labarales correspondientes, incluyendo el pago de la semana de salario.
Los trabajadores fundaron el Sitraprima, que sólo duró dos años, porque fue destruido mediante suspensiones irregulares y posteriormente la maquila estuvo contratando gente de forma temporal por un año.
Tres meses antes del cierre, la empresa comenzó a despedir a las trabajadoras, hasta separar a más de 120. Cuando la fábrica estaba en los últimos días antes de cerrar sólo dejaron laborando a los mecánicos y al personal con mayor antigüedad, así como a nueve embarazadas.


Manifestaciones obreras

Reclamando sus derechos las y los obreros se manifestaron en la entrada del parque industrial desde el 19 de diciembre, dos días después se tomaron la entrada del parque demandando la entrega de un contenedor con mercancía, que perteneció a la empresa, valorado en dos millones de lempiras.
Según dijeron las trabajadoras, la mercadería sería vendida por medio millón de lempiras. Dentro del contenedor estaban 40 mil piezas de pantalones y gabachas para médicos, ambas prendas de la marca norteamericana Dickies. También trabajaban para la marca Enmanuel Húngaro.


Abuso policial

Las obreras realizaron una toma en la entrada del parque, pero fueron desalojadas por agentes de la policía y el ejército, quienes llegaron en dos patrullas el 19 de diciembre.
Después de quitar la bandera nacional el policía de Choloma de apellido Osorio, entró con otros policías al parque y amenazó con desalojar a la fuerza a las trabajadores, acto que ejecuto minutos después, en ese momento fueron empujados y ultrajados varios obreros y obreras algunas de ellas embarazadas El coreano Mee Seon Park, gerente de Prima, 15 días antes había retirado las máquinas de la empresa, mismas que según un obrero mecánico, fueron llevadas a la empresa INDUCO, en el parque ZIP Río Blanco de San Pedro Sula. Eran 32 máquinas por furgón y supuestamente fueron unos seis furgones resultando unas 192. El mobiliario y aparatos que quedaron como refrigeradoras, escritorios, sillas, planchas fueron sacadas de la nave por el gerente del parque.
Engaños y demoras
Supuestamente el contenedor está a nombre de las obreras pero Carlos Jalu, Gerente del Parque, no lo quiso entregar, más bien estuvo engañando a las trabajadoras desde el día del cierre y pasaron 6 días, fecha en la cual les dijo que no les entregaría nada, porque el caso estaba en manos de los juzgados por un embargo de una trabajadora.
El día del cierre, Alba Cardona persona de confianza de la empresa, de origen guatemalteco, supuestamente salió con los coreanos al banco para hacer el pago de las prestaciones, así lo informaron algunas trabajadoras de oficina, pero Cardona también desapareció como los coreanos.
Ese día los trabajadores recibieron una llamada de falsa alarma de Alba quien decía que salieran los trabajadores ya que allí corrían peligro, ahora los obreros piensan que ella se llevó el dinero.
El grupo de trabajadores estuvo dirigido y apoyado por el ex-jefe de personal Carlos Ramón Lagos, quien contradictoriamente había sido uno de los mayores hostigadores de las trabajadoras y enemigo del sindicato.
119 empleados de Prima son representados en San Pedro Sula por el licenciado Salvador Espinoza, quien manifestó a Vida Laboral, que el gerente de la empresa ha propuesto pagar el 50 por ciento de las prestaciones a los trabajadores.
Las obreras se reunieron y decidieron aceptar la propuesta y ahora se esta a la espera que se termine esta negociación. Otros dos grupos de trabajadores están siendo representados por Germán Amador y otro abogado.
En sus últimos meses de operación, en la fábrica laboraban unas 240 personas, con ocho líneas y 30 máquinas en cada una. Ahora, obreras como Rosa Lidia Zamora de 45 años que laboró una década para la empresa en el área de mantenimiento, espera que se haga justicia en su caso.

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