Edición 34

** Seis meses del asesinato de WILFREDO LARA LARA*


Editorial

Sin lucha, no hay victoria

La firme disposición de lucha y la solidaridad determinó varios triunfos de los trabajadores en los últimos meses. Cuando los Trabajadores toman la decisión de hacer que se respeten sus derechos y las dirigencias no se acobardan ni se venden, no existe restricción legal, represión patronal o policial que los detenga. Lo anterior se demostró con las victorias de los trabajadores de Cervecería Hondureña, los bananeros de la Tela y los trabajadores de las maquilas Star y Alcoa en El Progreso y Jerzees en Choloma.
SITRATERCO y STIBYS son sindicatos con más de 50 años de existencia, de los primeros sindicatos legales en el país. Cada uno tiene una membrecía de alrededor de dos mil afiliados. Están acostumbrados a dar batallas contra los patronos quienes nunca desisten de sus intenciones de cercenar los derechos laborales y de ser posible destruir las organizaciones.
En la maquila mas bien son triunfos de obreros y obreras que comienzan a conocer sus derechos y a defenderlos organizadamente.
En el caso de Sitraterco tuvo que reaccionar de inmediato ante el despido amañado de un dirigente de base. Después del paro de labores durante un día la empresa corrigió su actitud. Hacía mucho tiempo que los trabajadores bananeros no realizaban una acción de fuerza para hacerse» respetar. Lo importante fue demostrar que, la organización no está dormida y que tiene capacidad de respuesta. Es riesgoso cuando se deja pasar un abuso de las empresas porque convierten el mismo en norma por la vía de la costumbre.
En la Cervecería Hondureña durante año y medio se mantuvo la negociación del contrato colectivo. Cubrieron las etapas de pláticas directas, mediación y conciliación y cuando iban al siguiente paso que era la huelga, la empresa cedió hasta una hora antes. El Contrato Colectivo ha sido firmado y es un nuevo triunfo para el STIBYS.
En las fábricas maquiladoras de El Progreso los obreros han logrado que se respete su derecho a la libre organización, después que fueron despedidos cuando los empresarios se enteraron que se habían organizado. Primero fue AFL Honduras, en el mes de junio despidió a unos sesenta trabajadores recién organizados. Los trabajadores realizaron protestas en sus centros de trabajo, ante las autoridades municipales y la Secretaría de Trabajo. Se mantuvo permanente la denuncia dentro y fuera del país, lo cual posibilitó la solidaridad internacional y se interpuso una demanda en los tribunales. En enero de 2008 se logró el reintegro de los fundadores del sindicato, conquistando el pago de todos los salarios dejados de percibir durante los siete meses. Ahora el sindicato está legalmente reconocido por el Estado de Honduras y se convierte en una esperanza para que se respeten los derechos de los dos mil trabajadores de la empresa AFL Honduras.
En la fábrica Star, también en El Progreso, unos setenta trabajadores fueron despedidos cuando a mediados de noviembre pasado notificaron el sindicato a la empresa. La lucha duró más de un mes e incluyó cuatro días de paros de labores, la toma de la instalaciones del Ministerio de Trabajo en El Progreso durante 22 días, mítines ante la Municipalidad y denuncia nacional e internacional.
Los patronos hicieron lo propio y reprimieron de diversas formas. La tenacidad de los trabajadores, la intervención de instituciones en el extranjero y la presión de las marcas para las cuales trabaja Star, permitió lograr el reintegro de mas de 60 despedidos y el reconocimiento del sindicato. Son otros dos mil trabajadores que tienen la posibilidad de que se defiendan sus derechos y mejorar las condiciones laborales.
De igual manera, en Choloma se logró que trabajadores despedidos por organizarse en las fábricas Jerzees Honduras y Jerzees Choloma desde marzo y meses subsiguientes, fueran reintegrados a sus labores, pagados sus salarios caídos y aceptada su organización sindical. Cada empresa tiene alrededor de mil trabajadores.
Es claro que la organización y la lucha es la única garantía para los obreros y obreras de que sus derechos se respeten. Lo confirman quienes tienen 50 años de lucha y quienes apenas empiezan. Si no hubiera tanto dirigente corrupto y acomodado, todos los trabajadores de Honduras estarían organizados y en mejores condiciones laborales.

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