La comisión estatal de “La Verdad y la Reconciliación” lava la cara de los militares golpistas y del régimen de Lobo

La comisión hace parte del tercer acuerdo entre el régimen golpista, liderado por el ex presidente del Congreso Nacional, Roberto Micheletti, y el derrocado presidente, Manuel Zelaya Rosales, un acuerdo que fue dilatado, como los dos anteriores por los golpistas, hasta que Zelaya lo rechazó directamente, pese a las protestas del Departamento de Estado que oficiaba de mediador.

COMO ERA UNA COMISIÓN DESIGNADA por el régimen de Porfirio Lobo, la Resistencia hondureña y hasta el mismo Zelaya no tenían ninguna influencia en la composición y mecanismos de trabajo de la misma. Por eso, tanto la Resistencia como Zelaya la rechazaron, basados en que ésta no podía hacer un trabajo realmente científico e independiente sobre el contenido del golpe de estado que sacudió a la nación centroamericana.

Según Eduardo Stein se cumplieron los cuatro requisitos para que el “28 de junio” fuera caracterizado como un golpe de estado. Según ellos, el golpe no fue contra toda la sociedad sino contra el ejecutivo. Esa conclusión un poco contradictoria tiene que ver con el estilo del Patrón, el Departamento de Estado y el régimen de Lobo.

Es contradictoria porque la comisión constata que el régimen de Roberto Micheletti, sí, era un régimen de facto, es decir, un régimen golpista e ilegal. Cuando hicimos la pregunta a Eduardo Stein, en la rueda de prensa que se realizó después de la presentación verbal del informe, sobre cómo es posible legitimar el régimen que surgió como consecuencia de las elecciones el 29 de noviembre de 2009, ya que estas elecciones fueron preparadas y organizadas durante la dictadura cívica-militar, pues el ex vicepresidente de Guatemala dice que las elecciones fueron organizadas por el tribunal Supremo Electoral, TSE.

Y formalmente es cierto. Pero el Sr. Stein omite en su relato que las circunstancias para las elecciones y la campaña electoral eran lo menos favorable para la contienda democrática.

Permítannos dedicar unas líneas sobre ellas.

EL 28 DE SEPTIEMBRE DE 2009 fueron agredidas, atacadas y clausuradas Radio Globo y el Canal 36, también llamado Cholusat Sur. Eran espacios de neto corte antigolpista, odiadas por los militares y los políticos golpistas del Congreso Nacional, que el mismo día del golpe de estado habían reconocido la falsificada carta de renuncia de Zelaya. Carta que por otra parte, la comisión de Stein también considera falsificada, agregando que los diputados que la avalaron cometieron un delito.

El régimen golpista y el congreso nacional, confirmaron ante la TSE su tarea de organizar la meta principal de los golpistas; lograr llegar a las elecciones generales bajo las condiciones impuestas por ellos mismos y sus patronos, para a partir de ahí elegir la nueva administración acorde a los lineamientos del Departamento de Estado y el Poder Fáctico de la oligarquía hondureña.

El 28 de septiembre de 2009, es decir sólo dos meses antes las elecciones, el dictador Micheletti ordenó la clausura de los medios antigolpistas y decretó estado de sitio indefinido. Comenzaron los medios ligados al golpismo su campaña de guerra psicológica basándose en supuestos ”informes” de la inteligencia militar hondureña, los que argumentaban que había 800 venezolanos, ecuatorianos, nicaragüenses y hasta cubanos que estaban preparando masacres contra el pueblo de Honduras.

TSE POR SU LADO DIO A LAS FUERZAS ARMADAS, la tarea de organizar las elecciones durante un mes. Ya la ONU y su secretario general habían rechazado todo tipo de colaboración en ese acto electoral, confirmando lo que todo el mundo decía, que no había condiciones para celebrar elecciones en un clima de dictadura y de terror estatal.

En el día de votación no estaba presentes ningún organismo internacional serio, sólo personajes u organizaciones ligadas a las ex dictaduras militares o de extrema derecha latinoamericana.
El estado de sitio fue levantado pocas semanas antes de las elecciones pero ya el ejército, a través de un capitán, había enviado una carta a todos los alcaldes del país, exigiendo nombres, apellidos, números de teléfonos y direcciones de todos los dirigentes o activistas locales del Frente Nacional de Resistencia contra el Golpe de Estado en Honduras.

ESTAS SON EN GRANDES RASGOS, las circunstancias en que fueron ejecutadas las elecciones, el 29 de noviembre de 2009. Elecciones que por otra parte, no fueron reconocidas por ningún gobierno del mundo. También fueron elecciones que oficialmente no tenían más que el 46,6 por ciento de participación, una cifra muy inflada por el TSE (en su último boletín el 23 de diciembre de 2009) que sólo era apenas uno de los varios actores al servicio del golpe de estado, según la Resistencia y los diferentes organismos de derechos humanos en Honduras.
Para la Comisión de Stein las elecciones fueron limpias y legítimas, y fue importante y fundamental caracterizarlas en ese sentido, para que cupieran en el guión del Departamento de Estado, que casi inmediatamente comenzó la maquinaría lobbyista para que éstas fueran reconocidas internacionalmente, lo que permitiría que el estado de Honduras volviera al seno de la OEA.

RECORDEMOS QUE LOBO fue descubierto por haber enviado una lista de nombres de nuevos ministros de su gabinete, envío realizado al embajador Hugo Llorens, personaje totalmente leal con la Casa Blanca, al igual que Stein.

Las Fuerzas Armadas de Honduras, dirigidas entonces por el general Romeo Vázquez, son prácticamente absueltas por Stein, que a la vez asegura que sólo cumplió la orden de la fiscalía y de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), verdaderos actores activos y promotores del golpe, según la conclusión de la CVR.

Stein criticó las FF.AA. por haber deportado a Zelaya a Costa Rica y cuando le preguntamos si habían investigado el hecho referente a que el avión al aterrizar haya tomado rumbo norte, bajando 25 minutos después en la base de aviación más importante de Centroamérica, para el Comando Sur de EE.UU., la de Soto Cano, Stein se limitó a decir, que no había combustible en el avión, que no se sabe que pasó en Soto Cano.

LA TRAYECTORIA ENTRE LA BASE de la Fuerza Aérea en Tegucigalpa y la base de los gringos en Palmerola, es equivalente en distancia, a un viaje a San Salvador, o sea, a unos 25 minutos. Pero los generales hondureños se decidieron por hacer el viaje más largo, es decir, rumbo a San José de Costa Rica, dos horas de vuelo.

Las preguntas se quedan en el aire:

¿Fue esa la orden que los oficiales estadounidenses en Soto Cano dieron al piloto a las 6 de la mañana?
¿Cómo es posible que los aviones de guerra en Tegucigalpa, la base de la Fuerza Aérea más importante de Honduras, no tengan combustible y les toque recurrir al Tío Sam en Soto Cano para llenar los tanques en caso de guerra?

¿A quién piensa Stein y los generales hondureños que se puede convencer con semejante respuesta?

LAS CONCLUSIONES DEL INFORME indican que Micheletti y sus hombres más cercanos fueron utilizados como idiotas útiles, personas y políticos que en un tiempo estarán “quemados” políticamente pero no importa, habían llegado a la meta y esa era impedir que Honduras se transformara en algo más peligroso para la oligarquía y el Pentágono. Es decir, un estado democrático con participación popular, cuyo gobierno fuera elegido por el pueblo, con una nueva constitución que no sería controlable por la oligarquía y la Casa Blanca.

SOBRE CENTROAMÉRICA SE ASOMA una gran sombra que viene del norte. Según los funcionarios estadounidenses, están en guerra contra los carteles de la droga. En México esa guerra costó, sólo durante el año pasado, la vida de 40 mil mexicanos. Guatemala está por incorporar nuevas legislaciones antiterroristas, asesorada por los norteamericanos

Otro tanto ocurre en El Salvador, mientras en Costa Rica hay presencia de 46 buques de guerra que anclan cuando quieren con 7.000 marines y una armada de helicópteros de guerra.

Honduras, después el golpe de estado, se ha narcotizado como nunca pese a nuevas bases militares construidas y financiadas por el Comando Sur. O quizás por eso. No solamente se encuentran la DEA, el Comando Sur y aproximadamente mil oficiales, operadores y asesores militares, sino también fuerzas especiales del ejército colombiano, operando prácticamente en forma autónoma en la tierra del general Francisco Morazán.

El golpe de estado en Honduras logró también frenar el proceso latinoamericano hacia una integración más cercana entre los pueblos y los gobiernos progresistas que han surgido desde el 1999, cuando Chávez asumió la presidencia en Venezuela.

SOBRE CENTROAMÉRICA SE ASOMA una gran sombra que viene del norte. Según los funcionarios estadounidenses, están en guerra contra los carteles de la droga. En México esa guerra costó, sólo durante el año pasado, la vida de 40 mil mexicanos. Guatemala está por incorporar nuevas legislaciones antiterroristas, asesorada por los norteamericanos.

Otro tanto ocurre en El Salvador, mientras en Costa Rica hay presencia de 46 buques de guerra que anclan cuando quieren con 7.000 marines y una armada de helicópteros de guerra.

Honduras, después el golpe de estado, se ha narcotizado como nunca pese a nuevas bases militares construidas y financiadas por el Comando Sur. O quizás por eso. No solamente se encuentran la DEA, el Comando Sur y aproximadamente mil oficiales, operadores y asesores militares, sino también fuerzas especiales del ejército colombiano, operando prácticamente en forma autónoma en la tierra del general Francisco Morazán.

Queda Nicaragua sandinista, tierra donde se ha tenido verdadero éxito en la lucha contra el narcotráfico, aunque poco a poco se ve cercada en el sur y en el norte por hombres y naves de guerra del Norte.

No obstante, debemos tener en claro que lo que surgió el 28 de junio de 2009 no fue solamente una ruptura democrática, sino el surgimiento de un movimiento popular que no se ha detenido, pese a centenares de muertos, miles de violaciones a los DD.HH y desaparición de luchadores.

Esto lo saben tanto los autores del golpe de estado de Honduras, como el resto de Latinoamérica.

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