Mario de Mezapa, El Cantautor Nacional

“Yo soy el cantar del pueblo y a mi pue­blo quiero cantar para decirle cantando la puritita verdad” así se autodefme, uno de los cantantes más comprometidos con su pueblo, en una de sus canciones escritas hace más de 10 años.
Las reflexiones vivencias y anhelos se transforman en inspiración musical para este cantautor hondureno de sangre, alma y corazón, nacido en Mezapa, un pequeño pueblo de el departamento de Yoro.
Hijo único de doña Rita Castro, quien asumió el reto de enviarlo sola desde que lo llevaba en su vientre, ya que su compañero de hogar la abandonó sola a su suerte, con apenas tres meses de embarazo.
La vida para Mario Castro, conocido artísticamente como Mario de Mezapa, nunca ha sido fácil, conoció a su padre cuan­do ya tenía 18 años, de quien probablemen­te sacó su vocación artística. “Mi padre era un bohemio, cuando joven tocaba muy bien la guitarra”, recuerda el veterano artista.
El cantante tiene grabado en su memoria que cuando estaba en Tegucigalpa su padre le envió una cata donde le pedía que se fuera a vivir con él, después lo echó a la calle por­que Mario no quería estudiar la Biblia y asegura con resignación el cantante popular que “fue lo mejor que hizo mi padre”.
Le tocó dormir en la calle, en el Parque Central de San Pedro Sula “aprendí muchas cosas en la calle, a dormir sentado, porque los policías me levantaban de las orejas si me encontraban acostado, pero aprendí a llevarme bien con los demás”, recuerda Mario.
“ Aprendí a lavar carros, a cuidar bicicle­tas en el estadio, lustraba zapatos y otras cosas para ganarme la vida, pero me cansé de todo eso”, asegura el cantautor hondu­reno y explica (“de noche y de día yo canta­ba, después decidí meterme de albañil y aprendí a ser albañil y carpintero”), oficios que en la actualidad le permiten ganarse la vida.

VIVE PARA EL ARTE
Mario de Mezapa ha escrito varias can­ciones con las cuales arranca diversas emo­ciones por parte de quienes lo escuchan. Le canta a la vida, a las mujeres, al amor, pero en casi todas sus creaciones musicales habla de nuestra realidad, de nuestras costumbres, tradiciones y de nuestra vida política.
Ha combinado su vida con el arte en dis­tintos espacios, no sólo como cantante, también ha participado en varios obras de teatro, incursionó en obras teatrales con el grupo “Miguel Cálix Herrera”, también intentó ser sindicalista, se vinculó durante varios años con organizaciones campesinas como la Central Nacional de Trabajadores del Campo, CNTC, y en la cual ocupó el cargo de Secretario de Arte y Cultura, desde donde logró una mayor proyección artística.
No ha sentido la necesidad de vivir del arte, a pesar de ser un cantautor conocido a nivel nacional e internacional. Pues su logros artísticos se los debe al esfuerzo con­tante y arduo a través de los años.
Caracterizado por su humildad y profun­da
preocupación por la cultura de los traba­jadores del país y en especial de la obreras de maquila, reflexiona y dice que “entre las mujeres y los hombres que trabajan en la maquila pueden descubrirse muchos valo­res, quizá ellos puedan ir más lejos y poner en alto el nombre de Honduras, por medio del arte y hablar de nuestra realidad dicien­do las cosas con talento y arte”.

Fuente: Vida Laboral Edic. # 6, Diciembre de 2001

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