Murió por defender a su pueblo

En diciembre de 1982 Dagoberto Padilla fue reelecto presidente del SITRACOAGS, desde entonces inició una nueva negociación de con­trato colectivo. Semanas des­pués desapareció el sindicalista Lucio López de la finca 11 y lo encontraron flotando en el Río Ulúa en la aldea La Jarrera. El 11 de enero de 1983, el sindi­calista Margarito López, her­mano de Lucio, fue acribillado a tiros por dos sujetos unifor­mados de verde olivo en la al­dea La Sarrosa cuando salía para su trabajo en Finca 9.
El lunes 21 de marzo de 1983 Dagoberto regresó de Tegucigalpa de terminar una negocia­ción donde intervino la Secre­taría del Trabajo. La empresa estaba violentando el Contrato Colectivo, tenía en suspensión a varios trabajadores incluyen­do a dirigentes que estaban protegidos por el Código del Trabajo, debido a los vientos huracanados que en ese enton­ces habían destruido parcial­mente las fincas bananeras.
La empresa encontraba respal­do en un grupo de empleados agrupados en un Frente Demo­crático que pretendía asaltar la dirección del SITRACOAGS. Los frentes “democráticos” no eran más que gente al servicio de los patronos, apoyados por el gobierno y la misma policía pa­ra enfrentar a quienes en ver­dad luchaban por los trabaja­dores y el pueblo.
La Comisión Negociadora reali­zó en la Finca 11 el 29 de mar­zo, martes Santo, una reunión extraordinaria con las sub sec­cionales, para que estas infor­maran después a los demás compañeros. Algunas de las palabras de Dagoberto en la asamblea fueron: “A mi me persiguen porque soy sindica­lista y lucho por la causa de los trabajadores, por el pueblo, para que haya justicia y para que el trabajador viva bien, us­tedes me han elegido y yo voy a dejar esta presidencia hasta que ustedes lo decidan o hasta que la muerte me alcance”

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