NARCOS Y PANDILLEROS DE CUELLO BLANCO AMENAZAN ESTABILIDAD DE HONDURAS

1. Las evidencias testimoniales en diversos puntos del país revelan que las bandas de narcotraficantes, además de avanzar en el territorio y en la cultura, introducen masas de capital al consumo diario y controlan sistemas de información en sectores clave de la economía hondureña, convirtiéndose en factor decisivo de violaciones graves a los derechos humanos en complicidad con grupos privados y autoridades nacionales.

2. Los actos de celebración organizados por el principal imputado en la muerte violenta de un maestro de educación primaria en las manifestaciones de agosto del año pasado en Copán, después de su reciente liberación por el sistema de justicia, confirman el grado de indefensión en que se encuentra la mayoría de la población ante los capos mafiosos protegidos por las autoridades.

3. Esa indefensión se confirma en las instrucciones cotidianas del director de la Policía Preventiva ante sus subordinados en todo el país: “no se metan con el crimen organizado, muchachos”.

4. Al conmemorar en estos días el segundo año de gobierno de las pandillas bipartidistas de Honduras, debemos afirmar que la administración de justicia en poder de las cúpulas nacionalistas en el Ministerio Público, la Policía y la Corte Suprema , no solamente es lenta, tardía y desigual, sino esencialmente corrupta al estimular la impunidad y la venganza entre los particulares.

5. Los millares de asesinatos no investigados ni sancionados en todo el territorio nacional, así como otros miles de casos contra la dignidad, la libertad y la seguridad, constituyen la más violentas de todas las deudas que jamás haya acumulado un país hipócritamente denominado democrático.

6. Debemos afirmar, igualmente, que en estos dos años el Congreso Nacional ha traicionado los anhelos de la población al haber negociado con delincuentes los contenidos de las leyes forestales, de telecomunicaciones, minería y presupuesto nacional. No será nunca popular la entrega del país a extranjeros disfrazados de hondureños.

7. El inicio de campañas proselitistas por payasos visibles de esos sectores siniestros no solamente viola acuerdos políticos de 2001, sino que distrae a la Nación de sus problemas históricos fomentados por las pandillas rojas, azules y verdes que deben ser expulsadas del Estado por la vía de la presión y resistencia sociales.

Divulgación COFADEH

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