En la manifestación denominada “Marcha de las Cacerolas Vacías” desfilaron miembros de sindicatos, campesinos, grupos de mujeres, pobladores y partidos políticos de izquierda, que sonando sus cacerolas también exigieron un aumento general de salarios, políticas nacionales de empleo y apoyo para los pequeños productores y comerciantes.
Otra de sus demandas es el fortalecimiento de los servicios públicos mediante políticas de subsidios que beneficien directamente a la población de escasos recursos, permitiéndoles el acceso a la salud con medicina, a la educación gratuita y una vivienda digna.
Asimismo demandaron la detención de los procesos de privatización en la salud, educación, servicios públicos y recursos naturales, la derogación de la Ley Marco de Agua Potable y de los contratos con el Servicio Medicino Eléctrica (Semeh) y las plantas térmicas.
A través de un pronunciamiento público manifestaron su solidaridad con las distintas organizaciones campesinas que mantienen tomadas las oficinas del Instituto Nacional Agrario en demanda de una Reforma Agraria Integral, con los trabajadores del Registro Nacional de las Personas que luchan contra la privatización de los servicios y con los pobladores de diferentes comunidades que se defienden de la voracidad de grandes capitales nacionales y extranjeros.
La manifestación inició con un mitin frente a las oficinas de Semeh, donde reclamaron por el incremento en los costos de facturación de la energía eléctrica, para luego marchar por las principales calles y llegar al parque Las Mercedes, donde lideres de distintas organización se manifestaron en contra del modelo económico que tanto afecta a los hondureños.
Gerey