Testimonio de Eliseo Hernández, cuenta sobre la barbarie ocurrida en la carretera interamericana

Y pude ver el valor de obreros, sindicalistas, maestros, campesinos, amas de casa, estudiantes, profesionales o sea mi pueblo, que con las manos y con piedras se enfrentaban a soldados con escudos, toletes, fusiles con balas de verdad y no de goma y lanza granadas lacrimógenas, soldados de mi patria entrenados para defenderla que parecían estar atacando a tropas enemigas, soldados que se les olvido por un instante que somos sus hermanos que estuvimos en la misma escuela, que jugamos potra descalzos en la misma calle del barrio, que comíamos cada uno la mitad de un mínimo o de una naranja, ¡se les olvido!.

Se me eriza la piel y siento dolor en mi corazón al ver el coraje de estos campesinos, de estos maestros, de estos trabajadores y sobre toda de estas mujeres tan valientes que dejaron sus hijos en casa y estaban también allí defendiendo sus ideales y no le temían a los fusiles y los toletes que tan salvaje y cobardemente sus soldados usaron contra ellas y a mi nadie me lo contó yo estuve allí.

Y que impotencia y dolor sentí al ir corriendo por montañas huyendo de militares enfurecidos y notar que compañeros y compañeras de tercera edad se quedaban agotados y eran apresados y después verlos en las postas policiales y observar cuando los bajaban de la patrulla como delincuentes, como si fueran asesinos y saber que no es así, que son trabajadores, que son enfermeras, maestras, licenciados, doctores, periodistas, estudiantes; gente digna, gente noble, que impotencia y rabia se siente en esos momentos y es cuando uno dice me gustaría que el comisionado de los derechos humanos que por cierto es un golpista estuviera aquí y con sus propios ojos viera a un soldado golpeando a uno de sus hijos, su esposa o a su madre para que entendiera de verdad que son los derechos humanos, no me explico como los medios de comunicación de los golpistas puedan decir que en el país todo está normal y que hay paz si en la toma pacifica que realizamos el día de hoy en la carretera exigiendo el retorno del orden constitucional a nuestro país y protestando contra el golpe de estado militar.

A la una de la tarde llegó un contingente de mas o menos 400 militares y 200 policías los cuales nos emboscaron y de inmediato procedieron a lanzarnos granadas lacrimógenas a golpearnos a punta de toletazos y a dispararnos con la idea de matarnos por lo cual no nos quedò mas alternativa que huir por los montes y montañas, yo me pregunto si ya nos habían desalojado de manera brutal y salvaje porque perseguirnos durante varios kilómetros hasta alcanzar a muchos compañeros y compañeras y ya en el suelo completamente indefensos e impotentes proceder a golpearlos, patearlos, insultarlos y torturarlos sin importar sus suplicas y ruegos después apresarlos de una manera brutal y humillante.

De los 1200 que estábamos en la toma de carretera luchamos con piedras y garrotes pero ante la fuerza y el odio de los uniformados y ante la amenaza de las balas que nos pasaban cerca, la mayoría logramos huir sin embargo 148 fueron detenidos de los cuales 42 eran mujeres.

El pueblo inmediatamente se manifestó frente a la estación policial y gracias a la intervención de representantes de derechos humanos y organizaciones fraternas que se movilizaron desde Tegucigalpa, a la una de la madrugada logramos que liberaran a 132 compañeros dejando presos a 12 con la idea de que al día siguiente no pudiéramos manifestarnos.

A pesar de las golpizas y humillaciones a primera hora nos manifestamos frente a la estación policial y al edificio de la fiscalia exigiendo la liberación de los compañeros.

A la una de la tarde fueron liberados los compañeros gracias a la presión ejercida y a las gestiones realizadas.

Que indignante es cuando los compañeros nos cuentan que en una bartolina de 9 metros cuadrados habían mas de treinta compañeros presos completamente adoloridos por la golpiza recibida y a pesar de eso los policías los insultaban y les tiraban capsulas que al hacer contacto con la humedad del suelo de la bartolina emanaban fuerte olor a gas mostaza lo cual cuentan se convertía en una cruel tortura pues la asfixia era casi total.

A mis compañeros de lucha les digo que esto no termina aquí, esto es solo el comienzo y no mantendremos al pie de la bandera hasta el final y recordemos que “serán muchos honduras tus muertos pero todos carean con honor”.

La lucha la haremos en honor de nuestros compañeros muertos defendiendo sus ideales y que sus vidas fueron arrebatadas por una bala disparada por el fusil de un militar Hondureño.

Nadie me lo contó yo estuve ahí

Fuente: Eliseo Hernández
Comun Noticias

1 de Agosto de 2009

www.honduraslaboral.org

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