Según Michelleti, la apertura de fronteras es prudente porque el país necesita aumentar la capacidad de exportación a otros mercados del mundo, pero es preocupante porque Honduras no está preparada para ofrecer productos a países como Taiwán, que es el próximo país con quien se quiere negociar.
Honduras tiene tratados de libre comercio con México, República Dominicana y Estados Unidos. Está negociando con Chile, Colombia, Canadá, Panamá y la Unión Europea, a través de la Unión Aduanera Centroamericana.
Sectores populares con tendencia de izquierda se manifiestan en contra de las negociaciones, por considerar que traerá privatizaciones, libertad para las transnacionales, y mayor pobreza para el país.
En la aprobación del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y en las reformas legales aprobadas, los cinco diputados de Unificación Democrática (UD), único partido de izquierda en Honduras, fueron duros opositores, posición que mantienen en las actuales negociaciones que se realizan con otros países del mundo.
Melvin Redondo, ex asesor en materia de tratados comerciales de Honduras, dijo que en los próximos días, debe comenzar las negociaciones con Taiwán, Colombia y Panamá. “Estamos en el proceso de la Unión Aduanera Centroamericana y tenemos el compromiso de terminarlo antes del 31 de diciembre” indicó Redondo.
Explicó que según mandato de los presidentes existen dos procesos principales para la Unión Aduanera, uno es la puesta en vigencia del Código Aduanero Centroamericano (CAUCA) y la adopción de un nuevo marco institucional para el Sistema de Integración Económica.
Los pequeños y medianos empresarios muestran su temor porque la falta de recursos y la dura competencia que comienzan a tener con la entrada en vigencia del Tratado de Libre Comercio entre Centroamérica y Estados Unidos, podría desaparecer a unas 5 mil microempresas que generan alrededor de un millón de empleos en todo el país.
La falta de maquinaria y materia prima es una de las mayores preocupaciones de los pequeños y medianos empresarios, que debido al poco respaldo de las instituciones de crédito privadas y del gobierno les impide competir.