El Estatuto del Docente absorbe el 22% del Presupuesto General de la República y el 90% de la asignación a la Secretaría de Educación Pública, sin que ese gasto se refleje en los resultados de la enseñanza en las escuelas públicas.
Este dato es escalofriante al igual que el aparatoso sistema de salud pública, donde el 90% del presupuesto se va en gasto en masa salarial.
Educación y Salud son las secretarías que más presupuesto absorben en la administración pública y son las peores a nivel de resultados.
Por tal razón el vicepresidente Ramón Velásquez Nazar, manifestó que “no hay que olvidar que las dificultades fiscales y financieras por parte del Estado están obligando a que todos los sectores hagamos un sacrificio, que todos debemos asegurar que contribuimos en la solución de esta grave crisis y eso debe de incluir a los maestros y médicos. No sé si la mejor decisión será la revisión del Estatuto o que ellos no están pagando impuestos y deberían de pagarlos”.
Asimismo, “ahora que la no producción nos está acentuando la crisis es evidente que hay que revisar ese tipo de cosas, que incluyen subsidios, que incluye tratos preferenciales. Este es el año critico de la crisis, ahora es que estamos tocando fondo y ahora es que es urgente tomar medidas”.
Velásquez Nazar manifestó que “los hondureños no nos acostumbramos a cumplir con la ley y hemos ido construyendo una sociedad en la que se exigen los derechos, pero no se cumple con el deber. A mí el Estatuto del Docente no me preocupa en el sentido de que efectivamente si le estamos entregando a los maestros el futuro de las generaciones y su formación, pues deberían estar bien pagados, pero ellos deberían de cumplir con sus obligaciones”.
Si el Estatuto del Docente se cumpliera en todas sus dimensiones no habría razón para reformarlo o derogarlo, apuntó.