“Mientras tenga el apoyo de Brasil aquí voy a estar”, explicó en una entrevista a Reuters. Zelaya, expulsado del poder y de su país el pasado 28 de junio en un golpe de Estado, volvió a Honduras para tratar, sin éxito, de retornar al cargo.
Zelaya reclama ahora hablar con el presidente electo, Porfirio Lobo, vencedor de las elecciones celebradas el pasado 29 de noviembre y que carecen del reconocimiento de gran parte de Iberoamérica.
No obstante, el mandatario derrocado aclaró que no tratará de expulsar a Lobo por la fuerza y se definió como un “demócrata”. “Yo siempre hablo”, aseguró, al ser preguntado sobre un posible inicio de conversaciones con Lobo.