Radio Globo esquivó la censura con una difusión parcial y clandestina de sus programas. No obstante, sus representantes declararon que, a pesar de su regreso en antena, la emisora seguía estando bajo autocensura. Por otra parte, el 16 de octubre, la dirección de Radio Cadena Voces (RCV) canceló varios programas animados por unas organizaciones feministas y les dio la palabra a los opositores.
“Ni el levantamiento del estado de sitio ni el regreso en antena de Radio Globo y Canal 36 significan la restauración del Estado de derecho en Honduras. En efecto, el decreto 124-2009, publicado en el diario oficial el 7 de octubre, permite la suspensión de cualquier soporte ‘generando anarquía social’. Esta disposición concierne, sin nombrarlos, los medios de comunicación o programas de oposición al golpe de Estado. Constituye un auténtica amenaza para el pluralismo, una prima a la autocensura y un vector adicional de polarización de los medios de comunicación y de la opinión. La situación es tanto más alarmante cuanto que el intento de diálogo entre los emisarios del presidente Manuel Zelaya y los del gobierno de facto fracasó”, declara Reporteros sin Fronteras.
El día del regreso en antena de Radio Globo y de Canal 36, una periodista independiente hondureña informó a Reporteros sin Fronteras que la emisora RCV acababa de retirar los programas “Tiempo de hablar”, “La Burallanga” y “Entre Chonas”, animados respectivamente por el Centro de Derechos de Mujeres (CDM), el Centro de Estudios de la Mujer ( Honduras (CEM)H) y el Comité de Mujeres “Visitación Padilla”.
Reporteros sin Fronteras obtuvo copia de los documentos del grupo INVOSA, que ratifican la retirada de los dos primeros programas en nombre del decreto 124-2009 que reprime los “atentados al orden constitucional”. El grupo INVOSA, del que emana la emisora RCV, es propiedad del ex presidente de la República Ricardo Maduro Joest, miembro del Partido Nacional (conservador), el que apoyó el golpe de Estado del 28 de junio.