La acción se origina por la defensa del bosque cuando en su afán por expandir sus operaciones la minera está destruyendo la última parte del bosque que queda, misma que fue destruida con maquinaria de la empresa y con la venia del ejército que en un despliegue, nunca antes visto, custodió el proceso para evitar que la población interrumpiera la destrucción.
Se reportan ocho detenidos entre ellos dos mujeres y dos menores de edad, que han sido acusados de atentar contra la seguridad interna del Estado.
En el violento ataque, elementos de la Dirección Nacional de Investigación Criminal (DNIC) de Copán, al mando del inspector Reinaldo Rubio, salvajemente golpearon a pobladores, irrumpieron en las viviendas y amenazaron a la gente.
Nadie de la policía ha podido explicar qué pasó y las acciones se escudan en manifestar que sólo respondieron al ataque de los pobladores.
Las comunidades se ven sometidas por las arbitrariedades cometidas desde el Gerente de la empresa Pablo de Tarso, que es quien ha coordinado toda la acción de ataque confabulado con al policía.
Nos preguntamos ante la situación de inseguridad que vive el país, ¿se justifica Señor Ministro de Seguridad que en vez que sus elementos preventivos e investigativos estén en las calles respondiendo a todo un pueblo, desplieguen una fuerte cantidad de policías para vigilar que la destrucción del bosque sea efectiva y sumado a eso golpeen a la gente?
Esto se ve en Honduras donde hay un ejército llamado a salvaguardar el bosque y donde en esta ocasión elementos del Séptimo Batallón se sumaron al cuidado, pero de destruir el único bosque de esta comunidad.
Fuente: http://defensoresenlinea.com
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