“La flexibilidad laboral no debe desmejorar el derecho de los trabajadores”, asegura representante de la OIT.

Benítez, dijo que el 53 por ciento las quejas recibidas por la OIT, provienen del continente americano, de las cuales el 93% corresponden a América Latina “esto devela que hay una violación constante de los convenios 87 que se refiere a la libertad sindical y 98 relativo a la contratación colectiva”.

Tratando de revertir la situación la OIT juntamente con las organizaciones sindicales, gobiernos y empresa privada llevan a cabo una campaña de promoción a la libertad sindical y del trabajo decente. En junio pasado los empresarios se comprometieron a promover la libre organización, con el fin de mejorar las relaciones laborales. No obstante, las violaciones continúan.

“En el mundo se desarrolla una flexibilidad laboral que no debe perder de vista el trabajo digno. Es decir, que la flexibilidad laboral no debe darse a cuestas del empleo o de los derechos de los trabajadores”, expresó Benítez.

Asimismo dijo que la OIT mantiene activos diversos órganos tripartitos con participación de más de 180 miembros que pueden incidir en los gobiernos a fin de que se garantice el respeto a los derechos de los trabajadores (as).

Destacó Benítez, que existen muchos gobiernos que se comprometen a legitimar el derecho de organización de los obreros, pero no hacen nada en sus países.

Luis Alejandro Pedraza, de la Confederación Unitaria de Trabajadores de Colombia, dijo que una de las razones que impide la organización de los trabajadores, es el trabajo por contratos o empleo tercerizado, situación que hace necesaria la exigencia para que los gobiernos aprueben leyes que regulen este tipo de relación laboral.

A criterio de Pedraza los Tratados de Libre Comercio tal como están planteados, deslegitiman los derechos de los trabajadores por la desproporción en el terreno de la competencia, la tecnología, la ciencia y la investigación.

Expresó que la globalización económica justifica una vez más la verdadera lucha de clases para que se den negociaciones de pueblo a pueblo y no como se plantea actualmente que las transnacionales han convertido a los países en administradores de sus propios intereses. “Los pueblos deben construir poder a partir de un modelo económico que contribuya al desarrollo con equidad social”

Cuando los gobernantes se preparan para la firma de tratados comerciales con Europa, la agenda prioritaria debe enfocarse al desarrollo de América Latina con una negociación equitativa. “ No estamos en contra de la globalización económica, pero si queremos que sea con participación social para que sea un negocio de los pueblos y no de los gobiernos con la participación de las multinacionales”, concluyó el líder sindical.

Gerey

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