Wilfredo Lara Lara, nació un seis de septiembre de 1971, en la aldea El Níspero Cucuyagua Copán, en la zona occidental de Honduras, descendiente de una humilde familia campesina conformada por sus padres y María Petrona Lara.
Su primaria la cursó en la Escuela Pedro Nufio de la comunidad de Gualtaya, Cucuyagua y en 1994 obtuvo su titulo de Bachiller en Promoción Social, en el Instituto Alvaro Contreras, de Santa Rosa de Copan. Asimismo en febrero de 2000, el Centro de Capacitación Honduras Corea le otorgó un diploma que lo acredita como Técnico en Electricidad Industrial.
Su titulo de Maestro de Educación Primaria, lo obtuvo en el 2005, en la Escuela Normal Justicia y Libertad de la ciudad de Gracias Lempira y cursaba el tercer semestre de Técnico en Educación Básica, en la Universidad Francisco Morazán.
Desde Niño, Wilfredo demostró interés por el estudio y el trabajo, aunque se caracterizaba por su buen sentido del humor y por mezclar bromas con las pláticas formales, se convirtió en el consejero de la familia, pues de 12 hermanos, él fue el único que tuvo la oportunidad de estudiar.
Trabajó en la Cervecería Hondureña, de donde fue despedido por reclamar respeto a sus derechos laborales, y, según sus familiares el pago de las prestaciones todavía continúa pendiente, porque la demanda laboral no ha sido resuelta en los tribunales de justicia.
La falta de oportunidades para conseguir un nuevo empleo le despertó interés por viajar mojado a Estados Unidos. Durante año y medio permaneció desaparecido y regresó luego de haber soñado que su madre se encontraba enferma. Gloria del Carmen, hermana mayor, asegura que Wilfredo permaneció en México y fue adoptado por una familia que le arregló documentos con nacionalidad mexicana.
Su carrera como docente inicia en una escuela Proheco de la comunidad de La Lima, jurisdicción del municipio de Talgua Lempira, estudió con el programa de profesionalización a distancia y obtuvo su titulo de maestro.
Como maestro obtuvo una plaza para trabajar en la escuela Canaán de la comunidad San José de la Frontera, jurisdicción de Florida Copán, donde mostró mucho respeto y responsabilidad en su trabajo. Como compañero y amigo, fue muy solidario, se destacó por la defensa de los derechos del pueblo, sobre todo de los maestros.
Cuando afirmaba que la educación en Honduras es deficiente, tenía mucha razón, pues su esxcuela eraunidocente y él atendía los seis grados. Aunque no ocupó cargos dentro de las organizaciones magisteriales, estuvo afiliado al Sinprodoh y al Colprosumah.
Su muerte
Luchando por los derechos del magisterio y de la clase oprimida de Honduras, el 27 de agosto cuando participaba en una toma de carretera convocada por la Coordinadora Nacional de Resistencia Popular, en la comunidad Seis de Mayo, cercano a La Entrada, Copán, Wilfredo cae abatido por un disparo que le propinó Andrés Manuel Chinchilla.
Chinchilla llegó hasta la toma, desenfundó su arma de fuego y tratando de intimidar a los manifestantes hizo varios disparos al aire, pero al no lograr su objetivo, disparó a la multitud, hiriendo de gravedad a Wilfredo Lara, que aunque fue trasladado de emergencia murió mientras era ingresado al Hospital de Occidente de Santa Rosa de Copán.
Sus familiares comentan el momento cuando el domingo a las cuatro de la tarde se despidió optimista porque el lunes y martes estaría en la colonia Seis de Mayo apoyando las manifestaciones convocadas por de la dirigencia magisteriterial, pues no se imaginaba, que esa sería la última vez que compartiría con ellos.
Los restos de Wilfredo fueron velados en El Níspero Cucuyagua Copán, donde el obispo de Santa Rosa Monseñor Luis Alfonso Santos ofició una misa. Wilfredo fue sepultado en el cementerio general de la aldea Gualtaya.
Los gritos y vivas durante el sepelio de los cientos de personas que llegaron de diferentes partes del país deberían escucharse de nuevo “Wilfredo Lara vive, la lucha sigue, sigue”, para que se haga justicia por su muerte, que no se olvide su ejemplo y seguir reclamando las demandas.
La Coordinadora Nacional de Resistencia Popular, bautizó con su nombre a la Escuela Metodológica Nacional.