Paralelo a las elevadas metas de producción, las obreras denunciaron violaciones en la jornada laboral, pues al no cumplir con la meta, obligadamente deben quedarse trabajando después de la hora de salida.
Expresaron que la mayoría de servicios sanitarios se encuentran en mal estado y cuando necesitan hacer sus necesidades fisiológicas deben hacerlo de manera rápida porque les controlan el tiempo y al demorarse reciben llamados de atención.
Dijeron que tienen problemas al llegar tarde porque reciben amenazas de deducción del día de salario y de la boleta de almuerzo.
Asimismo denunciaron los obstáculos que se les presenta para recibir atención médica, pues cuando van a la clínica del Instituto Hondureño de Seguridad (IHSS), no son atendidas porque la empresa ha girado instrucciones, aduciendo que en la fábrica cuentan con enfermería.
Aseguraron que cuando una obrera va al seguro social, recibe amonestaciones, le deducen el salario del día, medio salario del séptimo y la boleta de almuerzo. El IHSS instaló hace un mes en Zip San José una clínica. Sin embargo, los obreros no pueden recibir los beneficios porque los supervisores a través de enfermería sin tomar en cuenta la enfermedad, llaman para que no los incapaciten.
Asimismo denunciaron que dos operarias que trabajan pegando etiquetas sufrieron abortos como resultado del calor de la plancha y de la fuerza que hacen al levantar bultos, este tipo de operación muchas veces es realizado en lugares sin ventilación. “El año pasado en diciembre a una muchacha se le murió la niña adentro porque se le subía la presión y así la obligaban a trabajar”, dijeron las obreras.
De igual manera dieron a conocer la existencia de un aparato muy pesado al que llaman rofor y que sirve para revisar las prendas, el cual afecta a las mujeres embarazadas porque tienen que hacer demasiada fuerza durante en el movimiento brusco.
Revelaron que hace un mes una obrera a quien se le incrustó una aguja en un dedo de la mano, la empresa la amonestó por haber ido al seguro social para recibir asistencia médica, pues cuando esto sucede los ejecutivos de la fabrica las llevan a la Clínica Bendaña para que no se registre el accidente y así ganar premios por las horas seguras.
Informaron que la empresa únicamente les da una mascarilla para toda la semana y que el jefe de mecánica trata mal a los trabajadores, pues se dirige a ellos con frases como: “burros” y “haraganes”.
Dijeron que hace varios meses apareció un feto en uno de los servicios sanitarios, hecho que no causó mayor importancia para los jefes de la fábrica.
Delmy George, operaria de la empresa dijo que ella ha recibido atención del Seguro Social por un problema en su columna vertebral, el médico le diagnosticó lumbalgia crónica, enfermedad le produce un dolor agudo y que la imposibilita para seguir laborando en la fábrica. No obstante, la apoderada legal de la fábrica, Loesi Barrera, le ofreció el pago de sus prestaciones, sin el reconocimiento del diagnóstico médico. “Yo voy a consulta con el doctor Pedro Reyes, pero todavía no ha remitido mi caso a la comisión de invalidez” relató la obrera.
Organización
“Declárase de interés público la constitución legal de las organizaciones sociales, sean sindicatos o cooperativas, como uno de los medios más eficaces de contribuir al sostenimiento y desarrollo económico del país, de la cultura popular y de la democracia hondureña”, reza el artículo 460 del Código del Trabajo. Sin embargo, la mayoría de los empresarios nacionales y extranjeros utilizan la represión como medida para impedir la organización de los trabajadores.
Cansados de soportar atropellos a sus derechos laborales los obreros de Productos San José en varias oportunidades han realizado esfuerzos para organizar un sindicato, derecho que ha sido violentado por los ejecutivos de la empresa porque todo intento organizativo ha sido obstaculizado con el despido masivo de trabajadores (as). Sin embargo, la lucha continúa.
Carolina Cnol, asesora legal de un grupo de obreros, asegura que en varias ocasiones un inspector del la Secretaría del Trabajo de San Pedro Sula, se ha presentado a las instalaciones de Zip San José, complejo industrial donde funciona la fábrica Productos San José, con la intención de notificar a la empresa la constitución del sindicato y la protección del Estado para los trabajadores afiliados, labor que no ha sido posible porque al funcionario no se le ha permitido su ingreso, a pesar de la autoridad de que está investido.
“La primera vez salió Loesy Barrera (apoderada legal de la fábrica) a atenderlo, pero el inspector le dijo que como a ella le habían querido notificar una multa y había dicho que no tenia facultades, entonces que mejor quería hablar con la gerente o la jefa de personal”, aseveró Cnol.
Mientras eso ocurría, se encontraban presentes dos obreras embarazadas, a quienes la apoderada legal les grito diciéndoles que si lo que buscaban era notificar el sindicato que lo hicieran con ella. Ante la situación el inspector optó por retirarse con la promesa de regresar al día siguiente.
Luego que el inspector se marchara las obreras fueron amenazadas “les dijeron a las muchachas hasta de lo que se iban a morir, les han registrado los lokers para ver si encuentran documentación y les han dicho que no les van a pagar los días que vayan al Ministerio, pero eso es lo de menos, el inspector ha ido tres veces y no lo han querido dejar ni entrar” aseguró la asesora legal de los trabajadores.
Horas seguras
Informaron las trabajadoras que cuando transcurre un tiempo determinado sin que ocurran accidentes de trabajo, los empresarios estadounidenses propietarios de la fábrica envían dinero para que el personal administrativo celebre con los trabajadores. Recientemente estuvieron celebrando un evento al que denominaron 14 millones de horas seguras.
La actividad consiste en que colocan una tarima, rifan premios y realizan concursos “el año pasado trajeron un grupo que se llama El Fogoncito que prácticamente se desnudan y llamaron a bailar dos mujeres, pero eso es una falta de respeto, parece Sodoma, pero Silvia Salazar, jefa de Recursos Humanos dijo que las trabajadoras lo habían pedido, esa es una actividad vulgar” refirió una operaria.
Productos San José es una empresa que funciona con capital estadounidense, cuenta con tres edificios donde alberga a más de 1500 trabajadores, a las obreras les prohíben el uso de oritos, cadenas, pulseras, relojes y faldas largas. El salario es de 905 lempiras semanales de los cuales les deducen 45 como cotización al seguro social. El trabajo es en base a producción y en tal sentido no reciben pagos de tiempo extraordinario.
La empresa trabaja para reconocidas marcar como: Athetic, Jerzees y BVD, entre otras.