Sigue resucitando en el pueblo
Oscar Arnulfo Romero nació en ciudad Barrios departamento de San Miguel, en la República de El Salvador, el 15 de agosto de 1917 fue el segundo de ocho hermanos de una modesta familia.
A los 12 años trabajaba de aprendiz en una carpintería, en 1931 ingresó al seminario menor de San Miguel, donde permaneció seis años, luego tuvo que dejar sus estudios para ayudar económicamente a su familia.
En 1937 ingresa al Seminario Mayor de San Salvador y siete meses después es enviado a Roma para continuar sus estudios, mismos que termina el cuatro de abril de 1942 cuando es ordenado sacerdote.
Como sacerdote se inicia en la parroquia de Anamorós, luego pasó a San Miguel, donde estuvo 20 años. En ese tiempo, era un sacerdote dedicado sólo a actividades pastorales y sin compromiso social.
Un Obispo al Gusto de los Ricos
En 1966 Monseñor es electo Secretario de la Conferencia Episcopal de El Salvador y comienza su actividad pública, esto viene a coincidir con el desarrollo de los movimientos populares. Su nombramiento como obispo auxiliar de Monseñor Luis Chávez en 1970, no es bien visto por los sectores más progresistas.
Monseñor Chávez y Monseñor Rivera, impulsaban los cambios que el Vaticano II y la Conferencia de Medellín de 1968 exigían para el desarrollo de la Iglesia Católica en América Latina y los planteamientos de Monseñor Romero eran muy conservadores.
En diciembre de 1974 Romero es nombrado Obispo de la Diócesis de Santiago de María, momento de especial represión contra en campesinado.
En junio de 1975 la Guardia Nacional asesina 5 campesinos y Monseñor Romero llega para consolar a los familiares y celebrar una misa. No hace la denuncia pública, pero envía una carta al presidente Arturo Armando Molina.
El nombramiento de Romero como arzobispo de San Salvador, el 23 de febrero de 1977, es una sorpresa negativa para el pueblo en lucha y una alegría para el gobierno y los grupos de poder, que miran en ñel un posible freno a las actividades en beneficio de los pobres.
Conversión
Sin embargo, semanas después, el 12 de marzo de 1977 es asesinado el padre Rutilio Grande, quien colaboraba en la creación de grupos campesinos, este caso deja clara la línea de actuación de Romero que insta al presidente Molina para que investigue el hecho.
La postura de Romero, se conoce y valora internacionalmente, el 14 de febrero de 1978 es nombrado doctor Honoris Causa por la Universidad de Georgetown; en 1979 es nominado al Premio Nóbel de la Paz y en febrero de 1980 es ungido Doctor Honoris Causa por la Universidad de Lovaina de Bélgica.
Martirio
En 1980 la violencia se intensifica en El Salvador y el gobierno es el principal protagonista. Entra enero y marzo de ese año, más de 900 civiles fueron asesinados por fuerzas de seguridad del Estado.
El 17 de febrero, Romero pide a Estados Unidos no apoyar a El Salvador, por considerar que la ayuda sólo sirve para reprimir la población. En respuesta el presidente Jimmy Carter solicita al Vaticano llamar al orden al arzobispo, mientras el reconocimiento internacional sigue y Romero recibe el premio de la Paz de Acción Ecuménica Sueca.
A fines de febrero, Monseñor es objeto de amenazas de muerte, a la vez que recibe un aviso de amenazas de similar seriedad por parte del Nuncio Apostólico en Costa Rica, Monseñor Lajos Kada. A inicios de marzo es volada una cabina de la emisora YSAX, que transmitía sus homilías dominicales.
Los días 22 y 23 de marzo, las religiosas del Hospital de la Divina Providencia, donde vive el Arzobispo, reciben llamadas telefónicas que lo amenazan de muerte y finalmente, el 24 de ese mismo mes, Monseñor Romero es asesinado mientras levanta sus manos para ofrecer el vino y el pan en la misa que se oficia en la Capilla de dicho Hospital.